viernes, 9 de agosto de 2024

Cuando él venga

"Mas el Consolador, el Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todas las cosas que os he dicho." Juan 14:26


La presencia del Espíritu Santo dentro de nosotros nos convence de la omnipresencia de Cristo, de modo que ya no hay lugar en nuestro corazón para un sentimiento de pérdida o dolor personal, siendo de este modo nuestro "ayudador y consolador".

El Espíritu Santo nos reviste de poder para poder enfrentar las crisis y las emergencias con valentía. Al dedicarnos a la tarea de expresar la Verdad, invitamos al Espíritu Santo a que se vuelva activo en nosotros.

La alegría que sentimos cuando, a través de la conciencia naciente del Espíritu Santo en nuestra mente y corazón, nos damos cuenta de que tenemos una parte en el desarrollo y la elevación de la vida común de la humanidad, es nuestro primer anticipo de la vida más grande y universal.



viernes, 26 de julio de 2024

El Señor es justo en todos sus caminos

"Justo es el Señor en todos sus caminos y bondadoso en todas sus obras." Salmos 145:17



La conciencia de Dios es un estado constante de reconocimiento y vivencia que el lado espiritual de la vida es la verdadera realidad, y que el Espíritu infinito es la fuente de la vida y de todo lo que existe. 

La conciencia de Dios es un estado de alegría y bienaventuranza continua, de paz y satisfacción duraderas. Dentro de nosotros se expresa en alabanza y gratitud. Cuando somos elevados, y nuestra mente y corazón están llenos de alabanza y acción de gracias, 

Invariablemente, las condiciones externas tienden a amoldarse a nuestro estado interno. Los pensamientos llenos de alabanza y acción de gracias no dejan lugar a la tristeza y la depresión. Todas las cosas adquieren el aspecto de alabanza y bendición. “Todas tus obras te darán gracias, oh Señor”. 

Cuando el salmista habla de los "santos" se refiere  a aquellos cuya mente y corazón están llenos de amor por la Verdad. Personas que bendicen a Dios al expresar la Verdad en vida y palabra; guardando la instrucción divina en "todos sus caminos", esto es en todas las situaciones de la vida.

sábado, 20 de julio de 2024

¿Cómo llega el hijo del hombre a ser Hijo de Dios?

"Por esta causa doblo mis rodillas al Padre de nuestro Señor Jesucristo, Del cual es nombrada toda la parentela en los cielos y en la tierra, Que os dé, conforme á las riquezas de su gloria, el ser corroborados con potencia en el hombre interior por su Espíritu. Que habite Cristo por la fe en vuestros corazones; para que, arraigados y fundados en amor, Podáis bien comprender con todos los santos cuál sea la anchura y la longura y la profundidad y la altura, Y conocer el amor de Cristo, que excede á todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios." Efesios 3:14-19


¿Cómo llega el hijo del hombre a ser Hijo de Dios? ¿Cómo el ser humano se eleva a la naturaleza divina? Por una transformación de la naturaleza terrenal en divina a través de la aspiración y esfuerzos fielmente continuos para expresar lo divino. No por una inclinación natural de la propia voluntad, sino por la obra del Espíritu por medio de la Palabra.


¿Qué clase de expresión es apropiada para nosotros cuando somos “fortalecidos con poder en el hombre interior por medio de su Espíritu”? La expresión del carácter divino que se refleja en amor, compasión, justicia, benignidad, paciencia y generosidad.




¿Qué es el “Hijo unigénito” para cada uno de nosotros? De modo subjetivo es nuestro verdadero yo espiritual. Al conocer y reconocer a Cristo en nuestros pensamientos, palabras y obras, efectuamos la transformación de la carne en espíritu y hacemos de lo externo algo interno. Es el don que recibimos por medio de la acción de la Palabra y los sacramentos, instrumentos del Espíritu: la Cristificación.

domingo, 24 de marzo de 2024

Jesús, el burrito y la humildad

 Cada año, en la conmemoración del "Domingo de Ramos", por toda la cristiandad se hacen reflexiones sobre la humildad de Jesús y de cómo, siendo el Hijo de Dios, entró en Jerusalén montado en un burrito. El burrito, animal de carga, la cría de asno montura de los pobres...


 Ciertamente esas imágenes de inocencia casi infantil y de piadosa ingenuidad tocan nuestra sensibilidad. El corazón late con ternura contemplando la bella escena de Jesús rodeado por una multitud alegre, agitando palmas, dando gritos de júbilo "¡Hosana al Hijo del rey David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosana en las alturas!" (Mateo 21.9)


 No hay duda que esa idea de humildad apocada ha inspirado obras de arte, reflexiones y canciones durante dos milenios, pero ¿realmente Jesús quiso dar una lección de "humildad"? Siglos de beatería pueril han deformado el entendimiento cabal de las acciones del Maestro.


 Primero, como Mateo lo deja bien claro, Jesús no estaba haciendo un acto modesto, sino cumpliendo las palabras del profeta Zacarías: Digan a la ciudad de Sión: “Mira, tu Rey viene a ti, humilde, montado en un burro, en un burrito, cría de una bestia de carga.” (Mateo 21.5; Zacarías 9.9) Al entrar en Jerusalén montado en un burrito, Jesús está diciendo explícitamente que él es el "Rey, justo y victorioso, pero humilde" que había de venir.


 Segundo, desde tiempos inmemoriales el caballo fue el símbolo del poder militar y la autoridad de los reyes. Sin embargo, la tradición de Israel prohibía la entrada en la ciudadela de David montando a caballo, la ciudad de la paz no debía ser contaminada por un símbolo de guerra. Para ser coronado, el rey se dirigía al Atrio del Templo despojado de todo poder.


 El Rey deseado y esperado, el Ungido del Señor, según la misma profecía de Zacarías dice: "destruirá los carros de Efraín, los caballos de Jerusalén y los arcos de guerra. Anunciará paz a las naciones y gobernará de mar a mar, del Éufrates al último rincón del mundo." (Zacarías 9.10)


 Tercero, y no por último, el burrito tenía en la religión de Israel un carácter simbólico particular, solamente los primogénitos del burro y el hombre debían redimirse (Éxodo 13.11-13). O sea, al montar en burro, Jesús estaba señalando que él era el Redentor anhelado, el Libertador de Israel.




 No, Jesús no ejecutó un acto de modestia al entrar en Jerusalén, sino que abiertamente dejó ver que en él se cumplían todas las promesas de Dios (Zacarías 9.9-10; 2 Corintios 1.19-20); que el Príncipe de Paz llegó para ser coronado Rey del reino de los cielos (Isaías 9.6-7; 2.1-4; Lucas 4.18-19; Apocalipsis 11.15); y que el Redentor había llegado y cumpliría su obra (Mateo 21.1-9; Gálatas 4; Juan 19.30).


 Jesús ya consumó su obra. El reino eterno, la Iglesia, ya se ha establecido, el Rey está reinando, y ha redimido un pueblo celoso de buenas obras que manifiesta la luz divina en este mundo de tinieblas. Jesús el es Príncipe de paz, que montó el burrito para dirigirse a su coronación como Rey del reino de los cielos, humilde por saber que hacía, en todo, la voluntad del Padre. ¡Jesucristo reina!


 Siervo de ustedes en la fe, la esperanza y el amor,


Andrés.

viernes, 1 de septiembre de 2023

Cuando a las personas buenas les pasan cosas malas

"Entonces el Señor le preguntó: «¿Y no has pensado en mi siervo Job? ¿Acaso has visto alguien con una conducta tan intachable como él? ¡No le hace ningún mal a nadie, y es temeroso de Dios!»" Job 1.8

Nos guste o no, las contrariedades, las pérdidas, el dolor y la frustración son parte de nuestra vida. Un pensamiento primitivo constantemente nos conduce a pensar en un universo mecánico, donde si somos "buenas personas" no tendremos ninguna experiencia negativa. 

¿Cuál es la lección implícita en el libro de Job? Que las personas buenas, justas e íntegras también sufren, igual que las personas egoístas, culpables y malvadas. No por causas y efectos mecánicos, sino porque así es la vida. Job "era perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal". Job era intachable, y no por ello estaba libre de tribulaciones.

¿Entonces debemos resignarnos a nuestra condición actual como la mejor que puede ser? No, no es así. Deberíamos aceptar las circunstancias tal como se presentan, pero no sin esforzarnos por mejorarlas. Aceptar el bien en la medida en que lo percibimos y trabajar hacia la mejora continua es construir una reserva con la que afrontar lo que viene y aportar lo nuestro con amor y alegría.



viernes, 4 de agosto de 2023

Inclinen su oído, y vengan a mí

"Todos ustedes, los que tienen sed: Vengan a las aguas; y ustedes, los que no tienen dinero, vengan y compren, y coman. Vengan y compren vino y leche, sin que tengan que pagar con dinero." Isaías 55.1

Toda persona que tenga sed de agua espiritual, y hambre de alimento eterno puede tener certeza de su esperanza de hallar la Verdad, ya que el deseo es la vía más segura de acercamiento. "Todos ustedes, los que tienen sed: Vengan a las aguas; y ustedes, los que no tienen dinero, vengan y compren, y coman. Vengan y compren vino y leche, sin que tengan que pagar con dinero".

En el mundo en que vivimos, marcado por el egoísmo, la codicia y la competición, es lícito que nos preguntemos: ¿Cómo compraremos sin dinero? Con el corazón, y la mente, puestos en la promesa divina. Mediante la fe, podemos "comprar" la Verdad (las aguas), el estímulo o entusiasmo del Espíritu (vino), y la sustancia del Espíritu (leche), dirigiendo nuestros pensamientos y acciones hacia ella. Encontraremos así la verdadera satisfacción en la vida.

¿Cuál es el primer paso en la búsqueda de la conciencia espiritual? Oír y hacer caso a la palabra de Dios. "Inclinen su oído, y vengan a mí; escuchen y vivirán". Debemos prestar mucha atención a la manifestación de lo divino en la vida. ¿Cuáles son algunos otros pasos? Buscar a Dios en todos nuestros caminos y practicar la oración. "Busquen al Señor mientras pueda ser hallado; llámenlo mientras se encuentre cerca".




viernes, 7 de julio de 2023

Prisioneros de esperanza

"También tú serás salvada por la sangre de tu pacto, y yo sacaré a tus presos de esa cisterna sin agua. ¡Vuelvan, pues, a la fortaleza, prisioneros de esperanza! En este preciso día yo les hago saber que les devolveré el doble de lo que perdieron." Zacarías 9.11-12



Es natural que nos sintamos angustiados y desesperanzados cuando las circunstancias son adversas. Puede ser que suframos alguna pérdida, o enfermedades. También estamos, a menudo, expuestos a daños o perjuicios. Y, lo reconozcamos o no, la sequía espiritual nos afecta mucho más de lo que podemos percibir.

Es cierto, la vida tiene muchas dificultades. Sin embargo, Dios nos recuerda que no depende de nuestra fuerza, de nuestra inteligencia, y ni siquiera de nuestra piedad. Él mismo quiere restaurarnos, iluminarnos y darnos su salvación abundante. ¿Por qué quedarnos en pozos secos, cuando podemos beber del agua viva?

Dios siempre está presente, su bondad y su verdad son eternas. Pero de nosotras y nosotros depende hacia dónde dirigimos nuestra mirada espiritual. Si miramos hacia la debilidad, la ignorancia y el pecado, estaremos y realmente seremos "presos de esa cisterna sin agua". En cambio, si volvemos nuestro corazón hacia la fortaleza, la verdad y la salvación que vienen del Señor seremos libres o, mejor, "prisioneros de esperanza".