La razón me
esclaviza a sus fantasmas,
razonamientos sobre
mil inexistencias.
Nada es menos
razonable que atrapar
la verdad entre
rejas de palabras vacías.
Desde niño fui
engañado por sombras,
enigma de no ser más
que un animal
racional,
discursante, en las prisiones
que el pensamiento
teje entre nubes.
Cada nombre que
nombré, cada idea
en mi cabeza no era
más que mentira.
La verdad es ella
misma, siempre, ya.
En el magnífico
silencio que contiene
a todo el Universo,
respiro y me digo:
Mis pensamientos no
significan nada.
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