Olvidé, como casi todos nosotros, quién soy.
Roca, ameba, insecto, pez, ave, reptil, simio,
genealogía fantasiosa para esconder mi ser.
No es humildad, es miedo, negarme a ser yo.
La mentira tiene patas cortas, dice quien sabe.
Hoy despierto, y conmigo despierta cada ser,
la consciencia del universo se despliega aúrea,
ilumina a cada hija e hijo que vaga sin norte.
Bendición sobreabundante hay en mi nombre,
no soy un residuo de azares biológicos, soy
la luz, la paz, y el amor; soy uno con el Uno.
Soy estrella divina, brillante, sin máculas.
Soy hijo y hermano de todo lo que existe.
Espíritu libre, manifestación de todo amor.
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