"Cuando tengo miedo, confío en ti." Salmos 56.3
Hay momentos, a veces prolongados, en que nos sentimos débiles y desorientados; centremos nuestros pensamientos en Dios y sus bondadosas promesas.
Aunque circunstancialmente parezca que Dios se ha olvidado de nosotros, y que nos falta aun lo mínimo para vivir; podemos confiar que eso no es verdad y dar gracias al Padre por su abundante Providencia.
Si todo a nuestro alrededor se desmorona, y nuestra paz se ve amenazada; descansemos en el silencio de la Presencia de Dios y su paz, la paz que el mundo no conoce ni puede dar, inundará nuestro ser.
Cuando los acontecimientos nos dejen perplejos y no sepamos qué rumbo seguir, no tengamos dudas de que Dios no nos dejará a oscuras y nos guiará seguros: la palabra de Dios es una guía fiel y una luz inextinguible.
"Nadie te podrá derrotar en toda tu vida, y yo estaré contigo así como estuve con Moisés, sin dejarte ni abandonarte jamás." Josué 1.5
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