Las noticias vuelan, corren, y si no corren, vuelan;
trazos de verdad, rastros de mentiras, mentira es
la verdad: ¡a palabras necias, oídos sordos!
No hay peor sordo que el que escucha todo.
Oye todo, todo, todo, y sus oídos ciegos se hartan
de palabras, de ideas, de valores, de mentiras.
¡Ábrete! Ábrete a ti mismo, a tus semejantes,
ábrete al mundo, ábrete a Dios...
Saliva y tacto, manos y palabras, ojos tiernos
que sin más sonidos hablan la verdad única.
Y nos maravillamos, y alabamos, y bailamos.
Sin contarle a nadie, a todos les contamos
la buena noticia, que no vuela ni corre:
Vive en nosotros, en ti, y todo lo hace bien.
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