El Dios de ustedes dice:
«Consuelen a mi pueblo; ¡consuélenlo! ¡Hablen al corazón de Jerusalén! ¡Díganle a voz en cuello que ya se ha cumplido su tiempo, que su pecado ya ha sido perdonado; que ya ha recibido de manos del Señor el doble por todos sus pecados.»
Una voz clama en el desierto:
«Preparen el camino del Señor; enderecen en el páramo una calzada a nuestro Dios. Que todo valle sea enaltecido; que se hunda todo monte y collado; que se enderece lo torcido y que lo áspero se allane. Se manifestará la gloria del Señor, y la humanidad entera la verá. La boca del Señor ha hablado.»
Una voz decía: «¡Grita!»
Y yo respondí: «¿Y qué debo de gritar?»
«Grita que toda carne es como la hierba, y que su belleza es como la flor del campo. La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento del Señor sopla sobre ella. Y a decir verdad, el pueblo es como la hierba. Sí, la hierba se seca, y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre.» Isaías 40:1-8
¿Cuál es la fuente del consuelo más profundo y duradero para la humanidad? Los seres humanos solamente encontramos consuelo verdadero y duradero sólo en el Espíritu. Jesucristo describió al “Consolador” como el “Espíritu de verdad”, que “estará en vosotros”. En materia de consuelo, ¿será que podemos bastarnos a nosotros mismos? Tan sólo el Espíritu de verdad es suficiente para consolarnos cuando apelamos a él y permitimos que nos ayude a equilibrar nuestra vida de acuerdo con la norma divina.
¿Cómo expresamos la cualidad espiritual que Jesús llamó “Espíritu de verdad”? Lo hacemos por medio del entendimiento espiritual. O sea, el discernimiento entre lo eterno y lo efímero. Isaías intuyó que el ser humano debe distinguir lo duradero de lo transitorio, y clamó que toda carne es como la hierba, pero que “la palabra de nuestro Dios permanece para siempre”.
¿Cuáles son las buenas nuevas para Sión y Jerusalén? Estos son el anuncio de que quienes alcancen la conciencia espiritual (Sión) y la paz (Jerusalén) verán a Dios (“¡He aquí vuestro Dios!”) y que Dios es amor (“Como pastor apacentará su rebaño, en su brazo recogerá los corderos, en su seno los llevará, y pastoreará con suavidad a las crías”).
¿Por qué dice el profeta que Jerusalén recibió “el doble por sus pecados”? Jerusalén, la conciencia de paz en nuestro íntimo, se ve perturbada cuando pecamos o no cumplimos con la ley divina. Cuando dejamos de pecar, continuamos sufriendo, no obstante, hasta que borramos de nuestra mente el recuerdo de los pecados pasados mediante un cambio de mentalidad o “arrepentimiento”.
¿Cuál es la primera voz que Isaías oye clamar en esta lectura? La voz del buen juicio y del sentido común clama a la humanidad para que se prepare para seguir el camino por el cual le llegará su bien. La preparación es necesaria.
¿Qué son el “páramo” y el “desierto” mencionados en esta lección? Ambas palabras representan el aspecto subconsciente de la naturaleza humana. ¿Cuál es el gran proceso de nivelación y suavizado del que habla el profeta? El proceso de formar nuevos hábitos de pensamiento para reemplazar los viejos que estaban llenos de errores nivela todas las desigualdades y suaviza todas las dificultades.