Pasado, presente,
futuro, tiempo...
La piedra negra
divide la eternidad.
Negros, blancos,
verdes, colores...
Son tan sólo lo que
pienso que veo.
Graves, agudos,
silencios, sonidos...
Son tan sólo lo que
pienso que oigo.
Dulces, amargos,
agrios, sabores...
Son tan sólo lo que
pienso que gusto.
Suaves, fuertes,
hediondos, aromas...
Son tan sólo lo que
pienso que huelo.
Tersos, ásperos,
rugosos, caricias...
Son tan sólo lo que
pienso que toco.
Bondad, maldad,
equilibrio, juicio...
La
piedra negra destruye lo que es.
Incontables piedras
hay en el camino del peregrino:
Todas ellas son
nada, pero hay una que lo es todo.
Pregunto mil veces
quién soy, cual es mi linaje,
soy padre, hijo y
hermano de todos lo que oyen.
Estoy dispuesto a
mirar siempre al frente,
no quiero mirar
atrás y ver que no he visto nada.
La verdad es siempre
verdad y soy testigo,
junto con todos
aquel que camina en la luz.
Hay muchos guías
ciegos en el mundo,
no conocen la puerta
y no poseen las llaves.
Las luces del mundo
dicen: comida, bebida y oro
dan felicidad al
corazón, yo digo ¡no!, sólo Dios.
La piedra negra
parece sólida, un muro,
pero hay una
estrecha puerta allí, y yo entraré.
La grieta es angosta
en demasía, entraré
sin bagaje ni
riqueza, desnudo y descalzo.
Anduve vagando en el
mundo de sombras,
hoy me levanto y
emprendo el regreso.
Todo lo valioso y
sublime para el mundo,
es paja y estiércol
a los ojos del más Alto.
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