viernes, 28 de septiembre de 2018

El Tesoro de su Gracia

"Yo no tomo la gracia de Dios como algo sin sentido. Pues, si cumplir la ley pudiera hacernos justos ante Dios, entonces no habría sido necesario que Cristo muriera." Gálatas 2.21

La gracia de Dios, el profundo misterio de su amor inagotable, se vuelve un sinsentido cuando la tomamos como un simple dato, una doctrina a ser afirmada pero no vivida, una declaración que no provoca ni produce transformación. El teólogo Dietrich Bonhoeffer afirmaba: "La gracia barata es el enemigo mortal de nuestra Iglesia. Hoy combatimos en favor de la gracia cara."

Tristemente, la religiosidad popular, que no es otra cosa que la máscara piadosa del pecado, nos ha infiltrado la idea de que la gracia es un premio al buen comportamiento, una corona a la moralidad. Si fuese así, entonces todo el Evangelio no pasa de una patraña ofensiva. No importa que tan buenos queramos parecer, la Ley sólo trae condenación. El anuncio de la gracia está centrado en Cristo no en nosotros.


El Evangelio que nos trae perdón, paz y reconciliación no tiene nada que ver con nuestra bondad, ni con nuestra moralidad, es Cristo de principio a fin: "Cristo murió por nuestros pecados tal como dicen las Escrituras. Fue enterrado y al tercer día fue levantado de los muertos, tal como dicen las Escrituras." (1 Corintios 15.3-4) Es por medio de él, con él, y en él que Dios nos acepta y nos agracia plenamente.

viernes, 21 de septiembre de 2018

Más que palabras

"Jesús también hizo muchas otras cosas. Si todas se pusieran por escrito, supongo que el mundo entero no podría contener los libros que se escribirían." Juan 21.25

Si hojeamos, aunque sea superficialmente, las obras de los teólogos, filósofos y literatos occidentales, ya sea que se expresen a favor o en contra, invariablemente hablan sobre Jesús y el cristianismo. Libros, obras de arte, películas y grabaciones no logran agotar el tema. Jesús es siempre actual.


Lo anterior es una realidad fácilmente verificable, no debemos pensar que las Escrituras tengan un propósito parecido. El objetivo del relato de las obras y las palabras de Jesús en la Biblia no es informar ni entretener, sino que "estas se escribieron para que ustedes continúen creyendo que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, al creer en él, tengan vida por el poder de su nombre." Juan 20.31

Es muy interesante conocer los hechos sobre la vida de Jesús, y vitalmente importante conocer sus palabras. Sin embargo, si no tenemos fe ese conocimiento de nada vale. Acerquémonos a las Escrituras como lo que realmente son, el mensaje de Dios para nosotros. "Espero que puedan comprender, como corresponde a todo el pueblo de Dios, cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo es su amor." Efesios 3.18

viernes, 14 de septiembre de 2018

Éxito

"Pero Jesús le dijo a Pedro: «Mete tu espada en la vaina. ¿Acaso no voy a beber de la copa de sufrimiento que me ha dado el Padre?»." Juan 18.11

Sin importar el origen, nacionalidad, edad o educación, si preguntamos a cualquier ser humano lo que entiende por éxito o triunfo indudablemente responderá que es imponerse sobre otros.

Jesucristo, en cambio, nos mostró el mismo que el triunfo según Dios es diametralmente contrario al triunfo y éxito mundanos.


Bernard Iddings Bell escribió: "Necesitamos olvidar al Cristo imaginario que ha sido nuestro por demasiado tiempo y redescubrir al verdadero Cristo, el Cristo de los profetas y los mártires y los confesores, el Cristo que no solo es amante de las almas, sino el maestro, el monarca con demandas para cumplir en la industria, las finanzas, en la educación, en las artes, en el matrimonio, en el hogar; el Cristo que es el maestro de una ideología social que tiene validez eternal; el Cristo que nos llama con fuerza convincente, "Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará." Mateo 16:25

viernes, 7 de septiembre de 2018

Amigos de Dios

"Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando." Juan 15.14


Algunos ministros reprocharon al emperador Segismundo, por que en lugar de destruir a sus enemigos conquistados, los favorecía. "¿no destruyo efectivamente a mis enemigos"-contestó el ilustre monarca-, "cuando los hago mis amigos?"

Por naturaleza somos enemigos de Dios, separados de Él. Sin embargo, Dios no es nuestro enemigo, Él quiere hacernos sus amigos. En Cristo Dios nos ofrece, gratuitamente, perdón y reconciliación. Si le creemos, somos sus amigos.

El ejemplo de todos los amigos de Dios es Abraham. ¿Y cómo fue que Abraham fue hecho amigo de Dios? «Abraham le creyó a Dios, y Dios lo consideró justo debido a su fe». Incluso lo llamaron «amigo de Dios.» Santiago 2.23