jueves, 30 de octubre de 2014

La dirección de la vida

En el centro mismo de nuestro ser se encuentra la infinita fuente del poder divino. Somos más, mucho más, de lo que percibimos (o nos permitimos percibir) de nosotros mismos. Al adentrarnos en las profundidades de nuestra esencia humana nos encontramos con una inagotable riqueza de poder, salud, abundancia y amor. Eso es lo que somos, eso es lo que poseemos.

Cuando nos conectamos con el poder interno y le permitimos tomar nuestras cargas, dirigirá y gobernará a todos nuestros asuntos, desde el más grande al más pequeño, sin errores. La poestad estará sobre sus hombros. 


El cansancio, la agresividad, la confusión, la enfermedad y la decepción, son el resultado de querer llevar el las riendas con nuestros propio brazo, la carga es demasiada, y nos abatimos bajo su peso.

Ahora es tiempo de ceder inmediatamente al Niño interior el gobierno de todo nuestro Ser, que es la carga de la creación de una vida o de la sanación del cuerpo, o el dejar atrás los errores. El Incansable, el Todopoderoso, el más Sabio, el más Ingenioso, lo asume con alegría y las dificultades desaparecen.

"Porque un niño nos es nacido, un hijo nos es dado, y el dominio estará sobre su hombro." Isaías 9.6

martes, 28 de octubre de 2014

Fuerzas renovadas

"Dios les da nuevas fuerzas a los débiles y cansados. Los jóvenes se cansan por más fuertes que sean,  pero los que confían en Dios siempre tendrán nuevas fuerzas. Podrán volar como las águilas, podrán caminar sin cansarse y correr sin fatigarse." Isaías 40.29-31 


En el trajín cotidiano vamos perdiendo las fuerzas, el ánimo y la vitalidad. Pareciera que el tiempo y los sucesos fueran enemigos gigantes que nos atemorizan y minan nuestro vigor. Cuanto más nos esforzamos por sobreponernos, mayor aparenta ser el peso de las circunstancias y la fatiga que provocan. ¿Qué podemos hacer?

 El Señor se dispone a darnos paz y sosiego, descanso y fuerzas renovadas. Aunque sobre nuestros hombros se cargase el peso entero del mundo, aún así, con el Señor, podríamos hacerle frente y salir airosos. Es en Él que encontramos fuerzas para vivir en plenitud, ánimo para continuar en frente y vigor para vencer todos los desafíos.

"Ustedes viven siempre angustiados y preocupados. Vengan a mí, y yo los haré descansar.  Obedezcan mis mandamientos y aprendan de mí, pues yo soy paciente y humilde de verdad. Conmigo podrán descansar.  Lo que yo les impongo no es difícil de cumplir, ni es pesada la carga que les hago llevar." Mateo 11. 28-30

lunes, 20 de octubre de 2014

Paz

Vivimos en un mundo conturbado. Basta mirar los noticieros, leer los diarios o, simplemente, caminar por la calle para darnos cuenta que las cosas no andan bien. Es normal que tengamos el deseo de encontrar paz. Pero ¿qué es la paz? Y, ¿dónde podemos encontrarla?

Conocer la Paz: Al pensar en la paz, enseguida nos vienen a la cabeza muchas ideas. Todos tenemos alguna imagen preconcebida de lo que la paz significa. En general pensamos en lugares de ensueño, montañas, valles y arroyitos cristalinos. ¿De verdad conocemos la paz?

Trabajar por la Paz: Hay en el mundo, y en nuestro país también, numerosas organizaciones que “trabajan por la paz”. Es una tendencia natural pensar que es nuestra responsabilidad construir la paz… Y que la perfecta paz vendrá como fruto de un prolongado esfuerzo. Ese pensamiento ha llevado a muchos a emprender guerras para asegurar la paz, ¿eso tiene algún sentido?

Cultura de Paz: Rambo, CNN y el noticiero del mediodía nos dejan con la absoluta certeza de vivir en una cultura de muerte y violencia. Violencia que invade Irak para apropiarse del petróleo y violencia que segrega al indígena y lo obliga a mendigar en la esquina de Eusebio Ayala y San Martín…
“Procuren estar en paz con todos y llevar una vida santa; pues sin la santidad nadie podrá ver al Señor.” Hebreos 12.14
Debemos replantear nuestra cultura ¿o no? Un cambio de actitud puede crear la tan ansiada “cultura de paz”. Todos unidos, como hermanos, caminando juntos y en armonía ¿creemos que es eso posible?

La verdadera Paz: La paz que Dios nos ofrece no se encuentra en las montañas de Suiza, lejos de nuestra rutina diaria. La paz que Dios nos ofrece no se reduce a tranquilizar nuestra conciencia, o a aplacar el sobresalto librándonos de la violencia y el crimen circundante. En el fondo, esos son pensamientos supersticiosos…

Dios nos propone una paz que es plenitud de vida, en todos sus aspectos. Es una paz integral que nos humaniza, en el más pleno sentido. Es abundancia de tranquilidad, salud y alimento. Es abundancia de vida. Y esa paz no se encuentra en un lugar, sino en la maravillosa persona y ejemplo de Jesús: “Les dejo la paz. Les doy mi paz, pero no se la doy como la dan los que son del mundo. No se angustien ni tengan miedo.” Juan 14.27

sábado, 18 de octubre de 2014

El servicio

“Ustedes saben que ningún esclavo es más importante que su amo, y que ningún mensajero es más importante que quien lo envía.” Juan 13.16

La auténtica vida cristiana es una experiencia de servicio. Así como nuestro Maestro, los cristianos hemos sido enviados no para ser servidos, sino para servir. Los siervos no tenemos autoridad para declarar o decretar nada, mucho menos para darle órdenes a nuestro Señor y dueño. Quien reconoce y confiesa a Jesucristo como Señor debe obedecer todo lo que Él ha mandado, o seremos considerados malos servidores.
 
 

Todos somos servidores, querámoslo o no, siervos del pecado o siervos de la justicia (Romanos 6.8-14). El servicio cristiano debe cumplir los mandamientos del Señor de “amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.” Ese es el mandamiento que tenemos: “ayúdense por amor los unos a los otros” .(Gálatas 5.13)
 
“Por eso, mis queridos hermanos, manténganse firmes, y nunca dejen de trabajar más y más por el Señor Jesús. Y sepan que nada de lo que hacen para Dios es inútil.” 1 Corintios 15.58

Hay numerosas oportunidades para el servicio cristiano. Cuando las tomamos, y las aprovechamos, esas oportunidades se convierten en fuentes de enorme refrigerio y edificación espiritual.
1.    Compartir con otros las buenas noticias de Jesucristo – Hechos 8.4.
2.    Orar de forma constante y ferviente, con ruegos y acciones de gracias por todas las personas – 1 Timoteo 2.1-4.
3.    El servicio a los necesitados y afligidos por amor a Cristo – Mateo 25.34-40, lo que además constituye la norma del juicio.
 

miércoles, 15 de octubre de 2014

El gozo de vivir

Desde los primordios de la humanidad, cada ser humano se ha preguntado al menos una vez ¿cuál es el propósito de mi existencia? ¿Por qué y para qué vivo?
 
 



El Universo es un todo unificado. Sólo hay una Mente universal, una Ley, una Sustancia, un Principio en el Universo, la realidad que nosotros llamamos Dios. El propósito divino es el propósito universal, y el propósito de nuestra vida no le es ajeno.



“Dios es el único que vive para siempre, y vive en una luz tan brillante que nadie puede acercarse a Él. Nadie lo ha visto ni puede verlo. ¡El honor y el poder son de Él para siempre! Amén.” - 1 Timoteo 6.16



La humanidad, más allá de las apariencias de separación, está completa e inseparablemente unida al Uno. Dios es Amor, Vida, Salud y Alegría, por lo tanto, el propósito de la vida humana, que es también el propósito de Dios, consiste en expresar el gozo de la vida.

jueves, 9 de octubre de 2014

Salud, bienestar y alegría

Vivimos en un mundo que aparenta estar cada vez más enfermo, desequilibrado y carente de sentido. Todo parece ir de mal en peor. Pero, en el fondo, esto es un engaño producido por la idea de separación. La humanidad se ve separada del Creador, de la naturaleza, de sus semejantes y hasta de sí misma.
El estado normal del ser humano es el de abundante salud, bienestar y alegría. La sencilla y profunda verdad de la continuidad y unicidad de la vida divina en nosotros, y a través de nosotros, abre nuestros ojos a la realidad de la vida eterna aquí y ahora. Somos la creación autoconsciente del Creador para crear nuestro propio destino.
"Mis planes para ustedes solamente yo los sé, y no son para su mal, sino para su bien. Voy a darles un futuro lleno de bienestar. " Jeremías 29.11