viernes, 23 de junio de 2023

¡El Señor es quien libra al pobre de morir a manos de los malignos!

"Este pobre clamó, y el Señor lo oyó y lo libró de todas sus angustias. Para defender a los que temen al Señor, su ángel acampa alrededor de ellos." Salmos 34.6-7

"Busqué al Señor, y él me escuchó". Esas palabras son una confesión de fe en la omnipresencia de Dios. No necesitamos lugares especiales, o actitudes estudiadas, para tener comunión con Dios; podemos encontrar inmediatamente lo que buscamos, ya que Dios habita en nosotros.

La fe en Dios nos da confianza en el bien y la verdad divina, y esto nos llena de valentía, intrepidez y paz, y nos libera de las limitaciones que produce miedo. El amor disipa el temor. A medida que crecemos en la conciencia espiritual, nuestro amor al bien y nuestra fe en la verdad se desarrollan y se expanden. Entonces tenemos certeza y confianza (אֱמוּנָה) de nuestra seguridad en Dios.

El "ángel de Yahvé" (מַלְאַךְ יְהוָה) es el pensamiento confiado en Dios, que nos da paz y seguridad, liberándonos de los efectos del pensamiento negativo. Los que "tememos" al Señor no vivimos a la espera de acontecimientos funestos, sino que confiamos en que Él es amor y bondad. Creemos en la naturaleza inmutable y duradera de la Verdad, y es por eso que tenemos a Dios continuamente en mente, y descansamos en la paz que nos da su presencia.



viernes, 16 de junio de 2023

Esfuérzate y sé valiente

"Escucha lo que te mando: Esfuérzate y sé valiente. No temas ni desmayes, que yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por dondequiera que vayas." Josué 1.9

El Señor le prometió a Josué: "Yo estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé", y esa promesa es también para nosotras y nosotros. Yahvé (יהוה‎) se identifica con Josué, y le manifiesta su apoyo y compañerismo. Cuando nos hacemos conscientes de nuestra unidad con el Señor, comprendemos y confiamos en su promesa: "no te dejaré, ni te desampararé".

Un espíritu intrépido, fuerte y valiente resulta de guardar en el corazón y obedecer el mandato "Pon mucho cuidado y actúa de acuerdo con las leyes que te dio mi siervo Moisés. Nunca te apartes de ellas, ni a la derecha ni a la izquierda, y así tendrás éxito en todo lo que emprendas". De un espíritu  valiente nace un estado mental sereno, y podemos vivir una vida llena de coraje, fuerza y poder.



El Libro de la Ley simboliza la comprensión de que hay una Ley Espiritual (תּוֹרָה) fija detrás de cada efecto que se manifiesta en la mente, en el habla o en los actos. Mediante la oración y la meditación, esta ley se revela al corazón. La meditación (indagación en la ley) debe llevarse a cabo en tiempos de luz (día) y en períodos de oscuridad (noche). Quienes siguen la ley y ordenan sus pensamientos, palabras y actos de acuerdo con ella, son siempre prósperos y exitosos. Guiadas y guiados por la palabra divina podemos esforzarnos y ser valientes, sabiendo que el poder del Señor nos sostiene.

viernes, 9 de junio de 2023

Lo que yo quiero es misericordia, y no sacrificio

"¡Vengan, volvamos nuestros ojos al Señor! Ciertamente él nos arrebató, pero nos sanará; nos hirió, pero vendará nuestras heridas; Después de dos días nos dará vida, y al tercer día nos resucitará para que vivamos en su presencia. Entonces conoceremos al Señor, y más y más lo iremos conociendo. Vendrá a nuestro encuentro como la luz del alba, como vienen a la tierra las lluvias tempranas y las lluvias tardías. «¿Qué voy a hacer contigo, Efraín? ¿Y qué voy a hacer contigo, Judá? La piedad de ustedes es como una nube matutina; es como el rocío del amanecer, que pronto se desvanece. Por eso los hice pedazos por medio de los profetas. Los aniquilé con las palabras de mi boca. La sentencia contra ustedes brotó como la luz. Lo que yo quiero es misericordia, y no sacrificio; ¡conocimiento de Dios, más que holocaustos!»" Oseas 6.1-6

De acuerdo al texto, Yahvé (יהוה‎), el Señor, trae tanto el bien como el mal sobre su pueblo. ¿Cómo conciliar al Yahvé iracundo del Antiguo Testamento con el Padre amoroso del Nuevo Testamento? Los profetas y los videntes que escribieron el Antiguo Testamento, que eran parte de un pueblo "necio y duro de corazón", no habían desarrollado el amor y atribuían a Dios características parecidas a las de ellos, tanto buenas como malas. A medida que el pueblo era moldeado por el amor divino, sus profetas también comenzaron a proclamar que Dios es compasivo, misericordioso y amante de la justicia.

Cuando tengamos una fe perfecta, ¿tendremos dos medidas, el bien y el mal, o veremos la perfección absoluta y dejaremos de emitir juicios sobre las cosas transitorias? En la conciencia espiritual pura tendremos la certeza de la perfección divina. En la alegoría de Adán y Eva, Yahvé advierte a la humanidad que no coma del árbol del conocimiento del bien y del mal. Jesús dijo: "Ustedes juzgan según criterios humanos; yo no juzgo a nadie"; y "al que oye mis palabras, y no las obedece, no lo juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo".



Podemos llegar a darnos cuenta del principio de perfección dentro de nosotros, la fuente de nuestro ser en Dios, cuando hayamos cesado de juzgar o censurar a alguien o algo, y hayamos comprendido la verdad de que el Señor desea la bondad espiritual en nosotros en lugar del sacrificio, y una correcta comprensión de él y la buena noticia de su buena voluntad hacia nosotros en lugar de dones efímeros.

viernes, 2 de junio de 2023

¿Acaso hemos de recibir de Dios sólo bendiciones, y no las calamidades?

"En otra ocasión se presentaron ante el Señor sus servidores, y también llegó Satanás. Cuando el Señor lo vio, le preguntó: «¿De dónde vienes?» Y Satanás le contestó: «Vengo de andar recorriendo la tierra.» El Señor le preguntó: «¿No te has fijado en mi siervo Job, que no hay nadie en la tierra que se le compare? Es un hombre de conducta intachable; no le hace mal a nadie, y es temeroso de Dios. Tú me incitaste a hacerle daño, y a que sin ningún motivo lo arruinara, y aun así él sigue siendo un hombre intachable.» Pero Satanás le respondió al Señor: «Todo es cuestión de dar y recibir. La gente es capaz de darlo todo, con tal de salvar el pellejo. Pero quítale a Job tu protección, tócalo en su propio cuerpo, ¡y ya verás cómo blasfema contra ti en tu propia cara!» Entonces el Señor dijo: «Ahí está Job. Lo dejo en tus manos. Pero no le quites la vida.»" Job 2.1-6



En lo que respecta a la vida sensible en la tierra, el sufrimiento es una experiencia universal. "Toda la creación gime y sufre dolores de parto hasta ahora"El sufrimiento abarca un amplio ámbito, que incluye todos los grados de sensaciones, desde el dolor físico hasta el dolor agonizante de la mente y el alma. Dondequiera que estén presentes la sensación y la percepción, el sufrimiento es posible.

Si bien no existe tal como como un "sufrimiento positivo", podemos encontrar en las tribulaciones, sean mentales o físicas, una advertencia de que tenemos trabajo que hacer para eliminar la causa que afecta adversamente nuestro bienestar y que es mejor que lo hagamos sin demora. Deberíamos examinarnos a nosotros mismos con miras a encontrar dónde nos quedamos cortos en la fe, la confianza y la paz que conducen a la estabilidad espiritual.

Es bastante frecuente que una persona al sufrir lo que le parece injusto e inmerecido pierda la fe en Dios. Eso, en vez de mejorar la situación, la empeora; porque al perder la fe se aparta de su principal medio de vencer la adversidad. La fe es lo nos mantiene firmes a través de las experiencias negativas para que poder permanecer conservar la integridad.

Ahora bien, ¿cómo podemos, entonces, interpretar el texto de la lectura? ¿Cómo podemos entender el acuerdo entre el Señor y Satanás y la declaración "Tú [Satanás] me mueves [a Yahvé] contra él [Job], para destruirlo sin causa"? Este acuerdo simboliza la interacción del bien y el mal en la vida de toda persona que permanece limitada tan sólo a la experiencia sensorial. Nadie que viva limitado por intereses puramente egoístas, sin elevar su fe hacia el Señor y sin sostenerse en ella, puede entender por qué debería sufrir o ser vencido por la desgracia cuando está haciendo todo lo posible para vivir una vida justa, sana y alegre. A medida que, por medio de la fe, entramos en un reino superior de percepción, nuestra comprensión se eleva. A medida que aprendemos el olvido del ego y nos entregamos al servicio a los demás, conocemos y disfrutamos la alegría de la superación.