viernes, 14 de abril de 2023

Pan del cielo

"El Señor le dijo a Moisés: «Como verás, yo voy a hacer que les llueva pan del cielo. Para ver si ustedes obedecen o no mis leyes.»" Éxodo 16.4

Es frecuente que nos preguntemos; si Dios es un Padre bueno y amoroso, de quien somos sus hijas e hijos, ¿por qué no nos conduce directamente a la “Tierra Prometida” para gozar de una vida plena, libre y abundante? Pero esa pregunta se hace de manera material, egoísta e interesada, y por ello es que primero debe haber una transformación espiritual, volviendo nuestra atención al único Dios antes de poder entrar en la “Tierra Prometida”.

El “pan del cielo” representa las ideas espirituales que toman forma en la vida cotidiana como alimento, abrigo y albergue, para nutrir y sustentar la vida. “Maná” (מָן), es el sustento que se manifiesta directamente del Señor. El maná es un recordatorio que es de Dios de quien recibimos "todo aquello que se necesita como alimento y para satisfacción de las necesidades de esta vida".

Compartiendo el pan es como Dios se hace presente. La abundancia divina es generosa, justa y liberadora: «cada uno de ustedes debe salir todos los días y recoger la porción para ese día». Reconocer el cuidado y la providencia del buen Padre nos libera del egoísmo, del apego y de la codicia, y nos hace capaces de compartir, proveer y nutrir como cooperadores y cooperadoras del Señor.