viernes, 27 de julio de 2018

Vida

"El que busca la justicia y el amor inagotable encontrará vida, justicia y honor." Proverbios 21.21

Ganarse la vida es una expresión cotidiana que se aplica, casi exclusivamente, a ganar dinero o cosas que se compran con dinero. Algunos, un poco más sofisticados, pensamos que ganar la vida se trata de obtener felicidad, realización o relaciones armoniosas. Pero, si observamos bien, en realidad llamamos vida a cosas o circunstancias que no son nuestra vida. Dios nos invita amorosamente a participar de su propia vida divina, y esa vida está en su Hijo Jesucristo. 

"¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero pero pierdes tu propia vida?" Marcos 8.36


La vida no es algo que debamos ganarnos, en cualquier aspecto que sea, toda nuestra vida es un regalo de Dios. Y Dios derrama su vida abundante en nosotros, no para que permanezcamos ociosos sino para expresar su amor inagotable en medio del mundo. La vida divina nos empuja a servir a quienes son creados a imagen y semejanza de Dios, en el acompañamiento, la sanación el socorro, el albergue y sustento a los necesitados. Como dijera Martín Lutero: «Dios no necesita tus buenas obras, pero tu vecino sí.»

viernes, 20 de julio de 2018

Liberación

"Caminaré en libertad, porque me he dedicado a tus mandamientos." Salmos 119.45

En general nos inclinamos a pensar que la libertad es la posibilidad de pensar, decir y hacer cualquier cosa que se nos venga en gana. Cualquier freno o contrariedad es vista como una merma en la libertad individual e, incluso, como opresión. Esa aparente libertad es, posiblemente, la forma más sutil de esclavitud: la sumisión a nuestros deseos. La liberación que Dios nos ofrece, y realmente otorga, tiene su ápice en el servicio, el amor y la misericordia. No de manera indulgente con nosotros mismos, sobre todo como reconciliación con los demás.

"El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos y libertad a los prisioneros." Isaías 61.1

La libertad verdadera produce alegría, fuerza y estímulo. El poder divino de la liberación se manifiesta en pensamientos, palabras y actos de perdón, en la sanación de relaciones entre los individuos, las familias, las comunidades y las naciones. La liberación que Dios nos ofrece generosamente, y nos concede gratuitamente, es más que una sensación interior, es la realización de la plenitud para la cual fuimos creados, y que en Cristo vemos claramente expresada.

viernes, 13 de julio de 2018

Fortaleza

"No tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré; te sostendré con mi mano derecha victoriosa." Isaías 41.10

"El mundo es de los fuertes y valientes" dicen algunos , y tienen razón. Sin embargo, ¿qué entendemos por fortaleza y valentía? La literatura, el imaginario popular y las películas nos muestran una fuerza que es opresión y una valentía que no es sino la manifestación violenta del miedo. Por ese sendero sólo se puede llegar al desastre. El mundo necesita de la Fortaleza Divina.


"Estén alerta. Permanezcan firmes en la fe. Sean valientes. Sean fuertes." 1 Corintios 16.13

La Fortaleza Divina es el fruto de la fe, la esperanza y el amor. Sobre todo del amor, que echa fuera el temor. La Fortaleza Divina nos da el poder de la valentía y la tenacidad, la fuerza que guía a las iniciativas de base comunitaria para mejorar las condiciones de los que son más vulnerables entre nosotros. No por la opresión ni subyugación, sino por la compasión y la transformación.