viernes, 26 de enero de 2018

Sólo Dios basta

"¿A quién tengo en el cielo? ¡Sólo a ti! Estando contigo nada quiero en la tierra." Salmos 73.25

Aunque nos cueste reconocerlo, los valores imperantes en la sociedad se cuelan también en el ámbito espiritual. Es una tentación frecuente realizar prácticas espirituales con el único fin de obtener beneficios personales; tranquilidad, realización, sentido de "ser especial", etc. Pero esos resultados superficiales son inestables; por eso no es raro que, cada tanto, tengamos períodos de negatividad. Nos vienen a la mente pensamiento como "¿de qué me sirve la oración, si nada sucede?" o "meditar es una pérdida de tiempo..." o tal vez "voy a dejar todo esto, es una fantasía".


Esta clase de pensamientos, totalmente naturales, no deberían desalentarnos ya que son señales de que las resistencias del ego están siendo derrotadas. Lo que vale es permanecer leales a Dios. Afirmémonos tranquilamente en la verdad, y no juzguemos según las apariencias. Alimentemos la fe afianzándonos en las promesas divinas. Los períodos de crisis son la oportunidad perfecta para el progreso espiritual. Por lo tanto, acojamos, perdonemos y dejemos que Dios transforme la negatividad en regocijo.

"Ahora no podemos verlo, sino que vivimos sostenidos por la fe." 2 Corintios 5.7

Que todo nos esté yendo bien no es señal de que nosotros hayamos progresado espiritualmente. Tampoco que las cosas vayan mal y pensemos que podemos superarlas por nuestra propia devoción nos ayudará a crecer. Progresamos espiritualmente cuando, turbados por la tentación, el desaliento, la negatidad o la desesperanza, reposamos en la amorosa Presencia de Dios y perseveramos calladamente en lo que sabemos es Verdad.



viernes, 19 de enero de 2018

Fuga Mundi

Es bastante frecuente que, cuando comenzamos a avanzar en la oración, la lectura espiritual y la meditación, sintamos que las actividades cotidianas ya no son interesantes. Es posible que, a la vista de nuestros amigos y familiares, nuestra posición, nuestra vida y nuestro trabajo sea el ideal. No obstante, nosotros mismos nos sentimos insatisfechos y sin ánimo de continuar. Llega a parecernos que lo mejor sería renunciar a todo lo mundanos y dedicarnos por completo a la vida espiritual.

"Yo sé que tú lo puedes todo y que no hay nada que no puedas realizar." Job 42.2

Gran parte de estos sentimientos, y de las actitudes subsecuentes, se origina en una falsa concepción de lo "espiritual". Se nos ha enseñado a pensar que la oración, la meditación y el retiro son actividades espirituales, mientras que el estudio, el trabajo y la diversión son mundanas. Pero quienes pasan mucho tiempo en oración y meditación, sin dedicarse a otra cosa, también se saturan.

Los antiguos monjes acuñaron el famoso adagio "ora et labora" no como si fuesen dos tareas contrarias, sino tomando la oración como labor y el trabajo como oración. En todo lugar, momento y actividad, Dios está presente. Quien persevera en la oración y la meditación se da cuenta que tienen más interés, energía y generosidad para realizar sus tareas cotidianas. Cuando percibimos la Presencia de Dios en todo, todo es espiritual.

"No te pido que los saques del mundo, sino que los protejas del mal." Juan 17.15

viernes, 12 de enero de 2018

Sin doblez

"En ti está la fuente de la vida y en tu luz podemos ver la luz." Salmos 36.9

Aquietémonos, y dediquemos un instante a centrarnos en Dios. Meditemos sobre algunos de sus atributos que sabemos que son Verdad: su absoluta Bondad, su Amor interminable y su Sabiduría infinita. Quietos en su Presencia, disfrutemos de quien Dios es. Leamos algunos versículos de las Escrituras o de algún libro espiritual que nos inspire.


Sin ponernos límites, ni reservas "justificadas", dispongámonos a perdonarnos y perdonar a todas las personas, a todas las situaciones, desde lo profundo de nosotros mismos. Pidámosle a Dios perdón por todos los errores que alguna vez hayamos cometido, y con toda certeza aceptemos su perdón.

En la Presencia de Dios encontramos abundancia de inspiración, amor y sanación. Confesemos con toda seguridad que Él nos da todos sus dones sin límites, porque se nos da Él mismo, y poseyéndolo a Él nada nos falta. Demos gracias en todo momento y circunstancia por la gracia, la paz, y el refrigerio espiritual que Dios nos da generosamente.

"El propósito de nuestra instrucción es el amor nacido de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe sincera." 1 Timoteo 1.5

viernes, 5 de enero de 2018

Compra la verdad, y no la vendas

"En verdad, tú amas al corazón sincero, y en lo íntimo me has dado sabiduría." Salmos 51.6


Tenemos fe porque afirmamos la Verdad de aquello que creemos, y poseemos la Verdad en la medida que la practicamos. Esto es una consecuencia natural de la forma en que funciona nuestra mente, nos confirmamos en aquello que ponemos en práctica. El mero conocimiento intelectual no es fe, es sólo un discurso mental, es estéril e incluso dañino si nos confiamos en que es suficiente.

"Compra la verdad y la sabiduría, la instrucción y el entendimiento, ¡y no los vendas!" Proverbios 23:23

Es imposible que progresemos espiritualmente confiando en quimeras y especulaciones mentales que no hemos puesto a prueba. Acumular frases, fórmulas y afirmaciones, incluso de las Escrituras sagradas, en nada nos ayudará hasta que pongamos tales verdades en práctica. Vale mucho más un mínimo puñado de conocimiento espiritual y ponerlo por obra, que poseer un enorme tesoro de recta doctrina espiritual, la cual nunca ha afectado nada de nuestra vida diaria.