viernes, 27 de noviembre de 2015

Desde toda la eternidad


Poseo la sabiduría infinita, tesoro de los siglos,
nacido antes de la propia eternidad.

Manifiesto mi valor, mi osadía,
y respondo las inquisiciones:
Soy, estoy, y todo lo veo al instante...
¡Sólo es necesario callar!
Los infinitos mundos que en sí
son uno y lo mismo, están en mí.
El fundamento de la Vida es la presencia.
Uno, no múltiple... y en ese uno me uno
al coro de las estrellas de la aurora.
Mi nombre es celestial, mi Padre me ama.

Nacido antes de la propia eternidad
estoy aquí para manifestar la luz del amor.

martes, 24 de noviembre de 2015

El pecado, la enfermedad y la muerte

"Uno es tentado por sus propios malos deseos, que lo atraen y lo seducen. De estos malos deseos nace el pecado; y del pecado, cuando llega a su completo desarrollo, nace la muerte." Santiago 1.14-15

El pecado no es provocado por malos espíritus o fuerzas demoníacas, es el resultado de la ignorancia de la Verdad. El concepto de "pecado" proviene un término griego (ἁμαρτία) aplicado a la arquería que que se traduce usualmente como "fallar al blanco", "error trágico", o "error fatal". Podemos decir que "pecamos" cuando "fallamos en el blanco" de no alcanzar nuestra más alta vocación; cuando no expresamos la imagen de Dios en nosotros.
La enfermedad, y otras dificultades en la vida, aparecen cuando, consciente o inconscientemente, nos alejamos de nuestra armonía con Dios. Es fácil querer quitarnos nuestra responsabilidad recurriendo a espíritus del mal, pero lo cierto es que experimentamos las consecuencias de nuestros propios pensamientos, palabras y acciones.

"Por eso, habiendo recibido a Jesucristo como su Señor, deben comportarse como quienes pertenecen a Cristo, con profundas raíces en él, firmemente basados en él por la fe, como se les enseñó, y dando siempre gracias a Dios." Colosenses 2.6-7

La muerte del cuerpo físico es tan sólo una de las experiencias del desarrollo espiritual del alma humana. La Vida es continuidad, y nunca cesa en realidad. Como seres espirituales que somos, nunca morimos, tan sólo cambiamos de dimensión de existencia.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Dios es Todo en todos

Todo lo que existe -visible o invisible- es una expresión de Dios. Dios, la actividad divina, es todo cuanto existe en el Universo. Dios es la Inteligencia Creativa del Universo, es el Principio fundamental de todo. Cuando andamos en la Verdad, y vivimos de acuerdo a ella, vemos a Dios en todas las cosas. 

Dios está presente en todas partes, en todas las cosas, y lo abarca todo, entonces, Dios está presente en nosotros también. Puesto que Él existe eternamente, nada está separado de su Presencia. Así, todas las cualidades divinas también están presentes en todo.

Dios es la Vida universal, es Sabiduría, Amor, Verdad, Entendimiento, Paz y Bondad perfectos. Si Dios, si todo Él es y está en nosotros, entonces sus cualidades espirituales también se encuentran en nosotros.

Todos conocemos el texto de Génesis 1.26: "Y Dios dijo: «Ahora hagamos al hombre a nuestra imagen. Él tendrá poder sobre los peces, las aves, los animales domésticos y los salvajes, y sobre los que se arrastran por el suelo.»". Aunque muchas veces no lo percibamos, existe una dimensión no-física, en cada uno de nosotros, que está dotada de todos los atributos y dones divinos.


Nuestra vida, con todos sus desafíos, nos brinda una oportunidad única para descubrir y experimentar lo que realmente somos: seres espirituales teniendo una experiencia humana. Nuestra verdadera identidad es ser la imagen de Dios, sus hijos e hijas.

"Miren cuánto nos ama Dios el Padre, que se nos puede llamar hijos de Dios, y lo somos. Por eso, los que son del mundo no nos conocen, pues no han conocido a Dios." 1 Juan 3.1

Al empezar a percibir que pertenecemos a la Luz (eso que llamamos despertar espiritual) la vida toma una nueva y amplia perspectiva. Comenzamos a darnos cuenta que vivimos en un universo que en realidad es "amistoso" para con nosotros. Adquirimos la fuerza y las habilidades para ver la vida como una experiencia satisfactoria y significativa, que nos da también la oportunidad de ser una fuente de bendición para los demás.

Al tomar conciencia de nuestra posición como hijos e hijas de Dios, empezamos también a obtener respuestas para todos nuestros interrogantes y comenzamos a encontrar las soluciones adecuadas para todos nuestros problemas. De esta manera, pasamos a vivir siempre con una gran expectativa de la realización del bien en nuestras vidas y en la de nuestro prójimo. Vivimos así en una comunión más profunda y consciente con la Fuente de Todo Bien en nosotros, que es Dios.

martes, 17 de noviembre de 2015

Principios espirituales


"Y ahora, hijos míos, escúchenme; sigan mi ejemplo y serán felices. Atiendan a la instrucción; no rechacen la sabiduría. Feliz aquel que me escucha, y que día tras día se mantiene vigilante a las puertas de mi casa. Porque hallarme a mí es hallar la vida y ganarse la buena voluntad del Señor; pero apartarse de mí es poner la vida en peligro; ¡odiarme es amar la muerte!" Proverbios 8.32-36

Sea que lo sepamos o no, existen leyes o principios espirituales que son universales. Esas leyes espirituales son aplicables a todas las personas, en todos los lugares, y en cualquier tiempo. Si vivimos en armonía con dichas leyes manifestaremos la armonía en nuestras vidas. Porque Dios nos ha dotado naturalmente de la fe, la razón, la libre voluntad, la conciencia y el amor para ser expresados en cada aspecto de nuestras vidas, especialmente en nuestras creencias religiosas.

"Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos." Hebreos 11.1

La fe ciega e irreflexiva, que no es fe en modo alguno, no alcanza a percibir el perfecto orden del Universo divino. Dios ha establecido principios espirituales sólidos y eternos como Él mismo que, como toda ley universal, solamente se comprueban con la práctica. Cuando intentamos poner en práctica los principios divinos, y buscamos vivir de acuerdo con ellos, comienzan a manifestarse inevitablemente cambios positivos en nuestra vida, en nuestras relaciones y nuestra percepción de todo cuanto existe.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Contentamiento

"Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los he escogido a ustedes y les he encargado que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre." Juan 15.16

Cuando nos vemos a nosotros mismos como seres limitados, infelices, insatisfechos, enfermos o empobrecidos, en resumen, un fracaso, eso se debe sencillamente a que fallamos en ver correctamente la voluntad de Dios para nuestra vida,  o sea, no estamos manifestando el propósito divino para el cual fuimos creados.


El descontento no es malo en sí mismo. Una saludable disconformidad con la apatía, el fracaso o la frustración, es un incentivo vital para superar tales cosas. Es esencial para nuestra vida estar descontentos con menos que la plenitud de vida, armonía y felicidad que Dios desea para todos nosotros. El propósito de Dios no pude ser frustrado, porque somos manifestaciones de lo Divino, y nada puede satisfacernos hasta que llenamos la medida de nuestro llamamiento.

Esa vocación fundamental es la llamada de Dios, y cuando Dios nos llama a su servicio, el provee todo lo necesario. Lo que sea que necesitemos para responder plenamente a la llamada divina, Él lo proveerá todo, si fijamos nuestra mirada espiritual en su infinitud y no en nuestra limitación.

"En su casa hay abundantes riquezas, y su generosidad es constante." Salmos 112.3

martes, 10 de noviembre de 2015

Anhelos del corazón

Una frase muy usual en el ámbito cristiano dice: “Dios tiene un plan maravilloso para cada persona, tiene uno para ti también.” El mayor desafío de nuestra vida, el único que real, es encontrar la vocación divina en nuestra vida. Si la misma es escuchada, todo lo demás en nuestra vida tomará su lugar naturalmente.


Dios no nos creó aleatoriamente, sin propósito. Todo el Universo es una unidad, o sea, observamos en él una armonía unificada, un propósito inteligente. Es imposible, por lo tanto, que Dios hubiera creado seres espirituales como nosotros, sin tener un plan bien diseñado, un propósito especial para cada ser humano. Cualquier lugar, tarea o circunstancia que pudiera ser, habrá solamente una persona que puede cumplirla a la perfección.

Sin embargo, podríamos preguntarnos ¿cómo hace una persona para encontrar su verdadera vocación en la vida? Existen algunos modos, por medio de los cuales podemos discernir. ¿Qué es lo que Dios realmente desea que hagamos? La respuesta está en el corazón, ese es el lugar secreto del Altísimo, en esa experiencia que identificamos como el anhelo de nuestro corazón. 

"Ama al Señor con ternura, y él cumplirá tus deseos más profundos." Salmo 37.4

El anhelo más profundo y secreto que resuena en el fondo del corazón, es justamente la misma cosa que Dios está deseando que hagamos o seamos por Él, con Él y en Él. Y el origen de ese deseo en el interior del alma, es la voz del propio Dios llamándonos a que te despertemos y vayamos hacia el lugar donde Él nos necesita.

viernes, 6 de noviembre de 2015

¿Qué quiero, mi Jesús?


¿Qué quiero, mi Jesús?...Quiero quererte, 
quiero cuanto hay en mí del todo darte 
sin tener más placer que el agradarte, 
sin tener más temor que el ofenderte. 

Quiero olvidarlo todo y conocerte, 
quiero dejarlo todo por buscarte, 
quiero perderlo todo por hallarte, 
quiero ignorarlo todo por saberte. 

Quiero, amable Jesús, abismarme 
en ese dulce hueco de tu herida, 
y en sus divinas llamas abrasarme. 
Quiero, por fin, en Ti transfigurarme, 
morir a mí, para vivir tu vida, 
perderme en Tí, Jesús, y no encontrarme.

* Calderón de la Barca

Mi profesión de fe

Algunos conocidos (y otros no tan conocidos) me han cuestionado varias veces sobre qué es lo que creo. Pues bien, aunque para algunas personas eso puede ser muy dudoso, yo me identifico plena y explícitamente cristiano, creo en el Principio de la Omnipresencia de Dios, considero que Dios es el Único Poder del Universo y que este Poder es Bien y Bondad; por lo tanto, creo que este Bien y esta Bondad se encuentra en todo y está siempre disponible para cada ser humano.

Gran parte de las personas, al observar la diversidad de seres y acontecimientos que nos rodean, llegan a sentirse confusas o escépticas. Caso todo el tiempo pensamos que la realidad es una constante lucha entre fuerzas en conflicto. Casi todos nos apresuramos a catalogar aquello que nos agrada como bueno, y lo que nos resulta desagradable lo calificamos como malo. Pero la verdad esencial es que sólo existe un solo poder en todo el Universo.

Yo creo que ese poder soberano que rige con sabiduría, armonía y, principalmente, amor, es aquel que llamamos Dios. El Universo entero posee un ritmo fluido de perfecta sincronía, nada sucede o existe por acaso. Todo coopera para el bien.

“Señor y Dios nuestro; tú mereces que te alaben, que te llamen maravilloso, y que admiren tu poder.” Apocalipsis 4.11

Yo creo y afirmo sin dudar que Dios es Vida. Dios no solamente vive y da la vida, sino que Él es Vida en sí mismo. Donde Dios está, allí hay vida, y viceversa. Muy poca gente expresa a Dios en una manera plena, simplemente por carecer del sentido de la vida.

La más genuina expresión de Dios como vida es la alegría. En realidad, la alegría es una fusión de la vida y el amor. Las Escrituras afirman: “Los hijos de Dios exultan de alegría”. Cuando nosotros pecibimos y nos abrimos a nuestra filiación divina, experimentamos la alegría de vivir.

"¡Vivan con alegría su vida cristiana! Lo he dicho y lo repito: ¡Vivan con alegría su vida cristiana!" Filipenses 4.4

Como cada ser humano, desde el principio de la historia, me he preguntado innumerables veces ¿cuál es el propósito de mi existencia? ¿Por qué y para qué vivo?

Estoy convencido de que el Universo es un todo unificado. Sólo hay una Mente universal, una Ley, una Sustancia, un Principio en el Universo, esa realidad fundamental que nosotros llamamos Dios. El propósito divino es el propósito universal, y el propósito de nuestra vida no le es ajeno.

"Dios es el único que vive para siempre, y vive en una luz tan brillante que nadie puede acercarse a Él. Nadie lo ha visto ni puede verlo. ¡El honor y el poder son de Él para siempre! Amén." - 1 Timoteo 6.16

Yo creo que la humanidad, más allá de las apariencias de separación, está completa e inseparablemente unida al Uno. Dios es Amor, Vida, Salud y Alegría, por lo tanto, el propósito de la vida humana, que es también el propósito de Dios, consiste en expresar el gozo de la vida.

En resumidas palabras, creo en la Omnipresencia de Dios, lo que significa que Dios está presente en todas los lugares, tiempos y circunstancias, sin excepciones. Si este principio es verdad (que Dios está siempre presente en todo y en todos) -y de hecho lo es- entonces, nada puede estar fuera de Dios, ni siquiera a propósito. Dios es Amor. Y el Amor de Dios brilla incondicionalmente para justos y pecadores, en la luz y en la oscuridad, en el llanto y en la sonrisa. Eso creo, e intento vivir en consecuencia.

martes, 3 de noviembre de 2015

Causa y efecto


Los semejantes se atraen y se reproducen. Esa es una ley natural, lo cual significa que sea una verdad universal, aplicable en todo tiempo, lugar y circunstancia. Como dijo el Maestro Jesús: "no recogerás uvas de espinos o higos de cardos", y también:

"Así, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo..." Mateo 7.17

El mismo principio es aplicable a nuestros pensamientos, palabras y acciones. Aquello que sembremos, eso mismo cosecharemos, más tarde o más temprano. Pero siempre, de forma inmediata o después de cierto tiempo, lo semejante engendra lo semejante.

Al contrario del pensamiento popular, si observamos detenidamente, la ley de causa y efecto no es castigo. Si ponemos una mano sobre el fuego, nos quemaremos. Si bien eso causa dolor, no es castigo, es tan sólo una consecuencia natural, que bien entendida nos hace aprender a no meter la mano en el fuego. Así es con toda retribución natural, sufrimos porque tenemos una lección que aprender.