Estudio Bíblico
Lectura: 1 Reyes 17:8-16
1. ¿Qué?
En este pasaje el profeta Elías es enviado por Dios a Sarepta, un pueblo fuera de Israel, para ser sustentado por una viuda. Al encontrarla recogiendo leña, Elías le pide agua y un pan. La mujer explica que solo tiene un puñado de harina y un poco de aceite para preparar una última comida para ella y su hijo antes de morir. Elías, siguiendo la palabra de Dios, le asegura que no tema, le pide que primero haga un pan para él y luego para ellas, prometiendo que la harina y el aceite no se agotarán hasta que Dios envíe lluvia. La viuda obedece, y la harina y el aceite se mantienen hasta que la promesa de Dios se cumple.
2. ¿Quién?
Elías es el profeta enviado por Dios a la ciudad de Sarepta. Recibe la instrucción del Señor para ir a un lugar específico y encontrar una mujer viuda que lo sustente.
La mujer viuda, que se encuentra en Sarepta, pero que es de origen fenicio, no israelita. El hijo de la viuda, aunque no tiene un nombre en este pasaje bíblico, es parte importante de la historia.
3. ¿Dónde?
Sucede en Sarepta, una ciudad que pertenece a Sidón, en la región de Tiro.
4. ¿Cuándo?
La fecha exacta en que se escribió 1 Reyes 17:8-16 (y el resto del libro de 1 Reyes) es desconocida, pero probablemente ocurrió durante el exilio en Babilonia, aproximadamente entre el 561 y el 538 a.C.
5. ¿Por qué, para qué?
A pesar de su extrema pobreza y desesperanza, la viuda obedece la instrucción de Elías de alimentarlo primero, confiando en la promesa de Dios de que su harina y aceite no se agotarían hasta que lloviera de nuevo. La historia destaca la fidelidad de Dios al proveer milagrosamente para Elías y la viuda, y es un llamado a la fe y la confianza en la provisión divina, incluso en medio de la escasez y la adversidad.
La viuda de Sarepta se caracteriza por su generosidad y fe, ya que primero alimenta a Elías y luego confía en que Dios continuará proveyendo su sustento, lo cual es recompensado milagrosamente. Al principio, cuando manifiesta la intención de guardar sólo para ella y su hijo, la perspectiva era la muerte. Pero, cuando por fe decide ser solidaria, la multiplicación de Dios se manifiesta generosamente.