jueves, 13 de noviembre de 2025

El Señor corrige a quien él ama

 Estudio Bíblico

 

Lectura: Proverbios 3:11-20

 

 


1. ¿Qué?

Esta sección del libro de Proverbios trata sobre la importancia de la sabiduría y la disciplina de Dios, enseñando que no se debe despreciar la corrección divina porque es una muestra de amor paternal, y que la sabiduría es más valiosa que el oro y las riquezas, ofreciendo larga vida, honor y paz, siendo incluso la base de la creación misma.       

 

2. ¿Quién?

Los protagonistas de este texto son el padre (el Señor) que disciplina y guía, el hijo (el lector, el joven) que recibe esa disciplina y busca la sabiduría, y la sabiduría misma como figura central que trae bendiciones (larga vida, riquezas, paz) y es comparada con tesoros preciosos, además de mencionar a Dios como el creador que usa sabiduría.  

 

3. ¿Dónde?

El libro de los Proverbios, al no tratarse de una narración, no sucede en un lugar físico específico, sino que es una enseñanza poética y doctrinal que transcurre en el ámbito de la vida y la relación del creyente con Dios, enfatizando la disciplina amorosa de Dios, el valor supremo de la sabiduría y la inteligencia, y cómo estas conducen a la prosperidad, vida y paz, comparando la sabiduría con la creación misma. Es una lección de sabiduría, no un relato histórico. 

 

4. ¿Cuándo?

No se refiere a un evento único, sino a un proceso de vida donde el creyente aplica estos principios, recibiendo la corrección divina y encontrando bendición en ella. 

 

5. ¿Por qué, para qué?

Una de las características más destacadas de la sabiduría es la razonabilidad. La disposición a sopesar las opiniones de los demás también forma parte de la sabiduría. El buen juicio conduce a la sabiduría y hace que el consejo sea aceptable por su solidez. En resumen la vida según la voluntad de Dios, que es sabiduría, trae vida, salud, paz y prosperidad.

¿Por qué se representa la sabiduría con «larga vida... en su mano derecha»? La mano derecha es la que más se usa y, como tal, representa el hábito de actuar con sabiduría y prudencia. La acción sabia habitual conserva la vida y promueve la salud. Las riquezas y el honor son consecuencias de la sabiduría. Al vivir con sabiduría, alcanzamos la abundancia y la estima de quienes ven los frutos de nuestra observancia de la ley divina. «En su mano izquierda están las riquezas y el honor».

jueves, 6 de noviembre de 2025

Señor, tus promesas son verdaderas

 Estudio Bíblico


Lectura: 2 Samuel 7:18-29




1. ¿Qué?

El pasaje relata la oración de gratitud y alabanza de David a Dios después de que Dios le hiciera una promesa sobre su casa y su descendencia. En ella, David comienza con humildad, reconociendo que es un siervo indigno y maravilloso de las bendiciones recibidas. Luego, alaba a Dios por su grandeza y por cómo ha tratado a Israel en el pasado, para finalmente pedirle que confirme y cumpla la promesa hecha a su casa y a su descendencia de David para que su nombre sea glorificado para siempre. 


2. ¿Quién?

Los personajes principales de este pasaje bíblico son Dios y el rey David. Este pasaje describe la oración de David en respuesta a la promesa de Dios a través del profeta Natán, donde David expresa su gratitud, alabanza y petición por el cumplimiento del pacto divino.   


3. ¿Dónde?

El relato se desarrolla en el tabernáculo o tienda de reunión, donde se encontraba el Arca de la Alianza, símbolo de la presencia de Dios. Es el lugar donde el rey David entra para orar y responder a las promesas de Dios sobre su linaje, específicamente el pacto davídico.  


4. ¿Cuándo?

El evento sucede en respuesta directa a la promesa que Dios le hizo a David a través del profeta Natán (que se encuentra en los versículos anteriores de 2 Samuel 7). Este pasaje es la oración de David para agradecer a Dios por su promesa de un reino eterno y para pedirle que cumpla su palabra. 


5. ¿Por qué, para qué?

El relato nos insta a confiar en la palabra de Dios, orar para que se cumplan las promesas de Dios en nuestras vidas y en el reino, y alabar a Dios por Su grandeza y fidelidad, incluso cuando enfrentamos dificultades. David sirvió como ejemplo al reconocer la fidelidad de Dios, orar por la gloria de Dios, y recordar que las promesas de Dios son para la posteridad y se cumplen a través de Su obra. 

A pesar de los desafíos, las promesas de Dios son sólidas y duraderas. En nuestra vida cristiana, estas promesas se cumplen a través de Jesús, quien es la casa de Dios y el descendiente prometido que reinó desde el trono de David. Tenemos la esperanza de que Dios permanece fiel a sus promesas, incluso cuando pecamos.