jueves, 23 de julio de 2015

Oración y meditación

"Oren en todo momento." 1 Tesalonicenses 5.17

Muchas personas, especialmente las más devotas y religiosas, ven la oración como un ejercicio solipsista para agradar a una divinidad vanidosa. Pero orar no consiste en recitar palabras piadosas, sino en abrir la propia interioridad a una realidad mayor que abarca y trasciende todo lo que existe. 

La oración es la forma más elevada del pensamiento, del sentimiento y de la voluntad. Incluye dejar atrás los pensamientos y deseos contraproducentes y negativos, así como el retener firmemente en nuestro espíritu afirmaciones de verdad espiritual. 


La meditación es la forma más pura y elevada de oración. Más allá de las palabras y los pensamientos, el corazón descansa en la infinitud de Dios. Por medio de la meditación, nosotros y nosotras experimentamos la presencia de Dios. 

"Sean aceptables a tus ojos mis palabras y mis pensamientos, oh Señor, refugio y libertador mío." Salmos 19.14

La oración y la meditación son etapas ineludibles en el desarrollo de la vida espiritual; son prácticas que elevan nuestra conciencia y transforman radicalmente nuestras vidas.

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