jueves, 30 de julio de 2015

Poniendo a prueba la religión

"No se engañen ustedes: nadie puede burlarse de Dios. Lo que se siembra, se cosecha." Gálatas 6.7


Por años, como muchísimas personas en el mundo, probablemente hemos estado asistiendo a la iglesia, leyendo libros espirituales, estudiando la Biblia. Pero, frecuentemente surge la incómoda pregunta: ¿De qué sirve la religión? Es necesario que hagamos una sincera evaluación espiritual. Preguntarnos qué diferencia ha hecho la religión en nuestras vida, en nuestras familias, en nuestros negocios, cuántas oportunidades hemos aprovechado para servir al prójimo. Porque, no nos engañemos, una religión que no produce estos frutos no merece mucho la pena.

"Y todo lo que esté en tu mano hacer, hazlo con todo empeño..." Eclesiastés 9.10

Si ponemos a prueba nuestra religión y la misma no resulta satisfactoria, eso se debe a una sencilla ley: lo que se siembra, se cosecha. Si nuestra religión no pasa de una formalidad superficial, no podemos esperar de ella más que eso. Si nuestra religión es un simple compromiso social, sus frutos no podrán ser de gran valor. Una religión viva y transformadora, exige un compromiso total y auténtico.

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