viernes, 5 de octubre de 2018

Libertad y Alegría

"Vivan según el Espíritu, y no busquen satisfacer sus propios malos deseos." Gálatas 5.16

La cultura popular nos ha inculcado la idea de que ser espiritual se trata de rechazar todas las cosas buenas de la vida, incluso las necesarias para la simple supervivencia. Nada más contrario al carácter y propósito de Dios, quien "miró todo lo que había hecho, ¡y vio que era muy bueno!" Génesis 1.31


Lo que sucede es que, como en todos los aspectos de nuestras vidas, usamos la contraposición entre carne y espíritu para justificar nuestra incredulidad y nuestro rechazo de la voluntad divina. Y en eso consiste justamente lo que el apóstol califica como carne: vivir del mismo modo que Adán, haciendo oídos sordos a Dios y siguiendo nuestros propios deseos.

Vivir en el Espíritu no es aislarse del mundo ni de la vida; es vivir plenamente por Cristo, el nuevo Adán, en libertad y alegría. El propio Jesús lo dijo claramente: "mi propósito es darles una vida plena y abundante." Juan 10.10

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