jueves, 27 de junio de 2019

Oración

"No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús." Filipenses 4.6-7

La grandeza no consiste en la autosuficiencia orgullosa; caer de rodillas y reconocernos dependientes de Aquel que nos ha creado y nos sustenta con su inagotable amor es lo que realmente nos eleva.

Ora et labora no significa solamente atender esferas distintas de la vida; significa, sobre todo, ser congruentes para no deshacer con nuestras obras lo que dijimos en la oración, para no borrar con los codos lo que pedimos de rodillas.

La oración del corazón siempre será respondida; Dios nos dará lo que pedimos o, mejor, lo que deberíamos haber perdido.


La oración superficial es, en el mejor de los casos, una vago deseo de que las "cosas salgan bien". La oración del corazón es la certeza de que la voluntad de Dios es siempre y eternamente el bien.

"Y estamos seguros de que él nos oye cada vez que le pedimos algo que le agrada". 1 Juan 5.14

La oración nos une al ritmo de Dios, nos pone en sintonía con su eterna voluntad. La oración es la respiración del Universo.

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