viernes, 2 de junio de 2023

¿Acaso hemos de recibir de Dios sólo bendiciones, y no las calamidades?

"En otra ocasión se presentaron ante el Señor sus servidores, y también llegó Satanás. Cuando el Señor lo vio, le preguntó: «¿De dónde vienes?» Y Satanás le contestó: «Vengo de andar recorriendo la tierra.» El Señor le preguntó: «¿No te has fijado en mi siervo Job, que no hay nadie en la tierra que se le compare? Es un hombre de conducta intachable; no le hace mal a nadie, y es temeroso de Dios. Tú me incitaste a hacerle daño, y a que sin ningún motivo lo arruinara, y aun así él sigue siendo un hombre intachable.» Pero Satanás le respondió al Señor: «Todo es cuestión de dar y recibir. La gente es capaz de darlo todo, con tal de salvar el pellejo. Pero quítale a Job tu protección, tócalo en su propio cuerpo, ¡y ya verás cómo blasfema contra ti en tu propia cara!» Entonces el Señor dijo: «Ahí está Job. Lo dejo en tus manos. Pero no le quites la vida.»" Job 2.1-6



En lo que respecta a la vida sensible en la tierra, el sufrimiento es una experiencia universal. "Toda la creación gime y sufre dolores de parto hasta ahora"El sufrimiento abarca un amplio ámbito, que incluye todos los grados de sensaciones, desde el dolor físico hasta el dolor agonizante de la mente y el alma. Dondequiera que estén presentes la sensación y la percepción, el sufrimiento es posible.

Si bien no existe tal como como un "sufrimiento positivo", podemos encontrar en las tribulaciones, sean mentales o físicas, una advertencia de que tenemos trabajo que hacer para eliminar la causa que afecta adversamente nuestro bienestar y que es mejor que lo hagamos sin demora. Deberíamos examinarnos a nosotros mismos con miras a encontrar dónde nos quedamos cortos en la fe, la confianza y la paz que conducen a la estabilidad espiritual.

Es bastante frecuente que una persona al sufrir lo que le parece injusto e inmerecido pierda la fe en Dios. Eso, en vez de mejorar la situación, la empeora; porque al perder la fe se aparta de su principal medio de vencer la adversidad. La fe es lo nos mantiene firmes a través de las experiencias negativas para que poder permanecer conservar la integridad.

Ahora bien, ¿cómo podemos, entonces, interpretar el texto de la lectura? ¿Cómo podemos entender el acuerdo entre el Señor y Satanás y la declaración "Tú [Satanás] me mueves [a Yahvé] contra él [Job], para destruirlo sin causa"? Este acuerdo simboliza la interacción del bien y el mal en la vida de toda persona que permanece limitada tan sólo a la experiencia sensorial. Nadie que viva limitado por intereses puramente egoístas, sin elevar su fe hacia el Señor y sin sostenerse en ella, puede entender por qué debería sufrir o ser vencido por la desgracia cuando está haciendo todo lo posible para vivir una vida justa, sana y alegre. A medida que, por medio de la fe, entramos en un reino superior de percepción, nuestra comprensión se eleva. A medida que aprendemos el olvido del ego y nos entregamos al servicio a los demás, conocemos y disfrutamos la alegría de la superación.

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