miércoles, 6 de agosto de 2025

No escuchen a los falsos profetas

 Estudio Bíblico

 

Lectura: Jeremías 23:16-29

 

 


1. ¿Qué?

El pasaje advierte al pueblo de no escuchar a los falsos profetas que estaban difundiendo mensajes engañosos y esperanzas vanas en nombre de Dios. Estos profetas, que no habían sido enviados por Dios, inventaban visiones y sueños para engañar al pueblo y apartarlo del verdadero camino. La palabra de Dios, por el contrario, es como fuego y un martillo que quebranta la piedra, y aquellos que la escuchan se apartarán de sus malos caminos.   

 

2. ¿Quién?

Los personajes principales son los falsos profetas y el profeta Jeremías, quien denuncia sus engaños. Los falsos profetas prometen paz y prosperidad cuando Dios no les ha hablado, mientras que Jeremías advierte sobre el juicio inminente por su desobediencia y falsedad.  

 

3. ¿Dónde?

El libro de Jeremías fue escrito en Jerusalén y sus alrededores por el profeta Jeremías, con la ayuda de su escriba Baruc.

 

4. ¿Cuándo?

Entre los años 626 y 586 a.C.  

 

5. ¿Por qué, para qué?

El pasaje condena a los líderes religiosos que, en lugar de proclamar la verdad, engañan al pueblo con visiones inventadas y promesas vacías, comparando sus palabras con paja en contraste con la fuerza y la verdad de la Palabra de Dios, que es como fuego y un martillo que quebranta la piedra. En un mundo lleno de voces que buscan influenciarnos, es fundamental que cultivemos un corazón sensible al susurro de la verdad. A través de la búsqueda sincera de Dios, podremos reconocer esas palabras que nos edifican y nos acercan a Su propósito. Al cerrar nuestros oídos a las falsas promesas y abrir nuestro corazón a Su dirección, encontramos la paz y la claridad que tanto anhelamos. Que cada paso que tomemos sea guiado por la sabiduría divina, recordando siempre que en Sus promesas hallamos la verdadera esperanza.

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