Estudio Bíblico
Lectura: Job 5:17-26
1. ¿Qué?
En este pasaje dice que la persona que acepta la disciplina de Dios es bienaventurada, porque Dios, aunque puede herir, también sana, y libra de las desgracias, protege de la calamidad y los peligros, asegurando la prosperidad, la paz y una descendencia abundante, para llegar a la vejez como una gavilla de trigo madura.
2. ¿Quién?
El personaje central de todo el libro, y por lo tanto de los versículos 5:17-26, es Job, un hombre justo que atraviesa pruebas divinamente permitidas. Aunque en estos versículos se habla de la perspectiva de Elifaz, quien interpreta las aflicciones de Job como una disciplina y corrección divina, la acción y el foco principal siguen estando en Job, quien es el que experimenta el sufrimiento y debe responder a la sabiduría de Dios.
3. ¿Dónde?
No se menciona un lugar geográfico específico donde estos versículos tienen lugar, sino que se habla de la corrección y la bendición de Dios en general para el justo.
4. ¿Cuándo?
La fecha exacta en que se escribió el libro de Job es desconocida y objeto de debate, aunque la evidencia lingüística sugiere que el relato en prosa se compuso durante la era post-babilónica, después del 540 a. C. Algunas teorías sitúan la escritura en la época de los patriarcas o incluso durante el exilio en Babilonia, mientras que otras la ubican en el período persa, entre el 540 y el 330 a. C.
5. ¿Por qué, para qué?
El pasaje nos enseña que la disciplina y el sufrimiento a manos de Dios son una bendición, no una maldición, ya que tienen un propósito correctivo y preparan para la sanidad y las bendiciones futuras, incluyendo seguridad, prosperidad y una vida plena y en paz con la creación. El pasaje exhorta a no despreciar la corrección divina, pues Dios hiere para sanar y su propósito final es el bienestar de la persona, haciendo que el sufrimiento sea un camino hacia un futuro mejor si se acepta con fe.
Job 5:17-26 es un recordatorio, un consuelo y una promesa de que la disciplina y el sufrimiento a menudo tienen un propósito divino: no menospreciar la corrección del Todopoderoso, que, si bien hiere, también cura, protege de los peligros y finalmente otorga bendiciones y paz duraderas, culminando en una vida plena y una muerte en edad madura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario