Una serie de estudios bíblicos para el tiempo de Adviento
1° Domingo de Adviento, 30 de noviembre de 2025.
Lectura:Jeremías 31:31-34
¿Qué significa el pasaje: «Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días —dice el Señor—: Pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo»? Cuando la fe en la verdad espiritual se arraiga en el ser humano, este adquiere claridad de visión. Con el tiempo, descubre la verdad de la ley divina en su propio corazón. No solo comprende que el poder de discernir la Verdad es inherente a su mente, sino que también ve que puede ponerla en práctica y expresar un nuevo carácter y una voluntad transformada. Al comprender la ley interior, la humanidad se vuelve un libre.
2° Domingo de Adviento, 7 de diciembre de 2025.
Lectura: Malaquías 4:1-6
¿Qué significa «volver el corazón de los padres a los hijos»? Significa la restauración espiritual y emocional de las relaciones familiares, donde los padres y los hijos se reconcilian, se aman y se entienden mutuamente. El evangelio trae un cambio real en la disposición de sus corazones, sanando las heridas y fortaleciendo los lazos familiares para crear familias más unidas y armoniosas. El significado no solo aplica a la relación entre padres e hijos, sino también a la relación entre las generaciones en un sentido más amplio, y a la restauración de los lazos entre los antepasados y el presente.
3° Domingo de Adviento, 14 de diciembre de 2025.
Lectura: Isaías 40:1-8
El tema central de nuestra lectura de hoy es el "consuelo de Dios". ¿En qué sentido se manifiesta el Espíritu Santo como "Consolador"? En la vida de fe, una de sus funciones es consolar, cuidar como una madre, perdonar, mostrar misericordia, cuidar, nutrir, sanar y restaurar. Cuando concebimos al Dios eterno y trascendente, tenemos la tentación a figurarnos un Dios distante, demasiado puro como para inmiscuirse en nuestras falencias y dolores, sin embargo Dios, como Espíritu Santo, «perdona todas tus iniquidades» y «sana todas tus dolencias».
4° Domingo de Adviento, 21 de diciembre de 2025.
Lectura: Deuteronomio 18:15-19
Un «profeta de en medio de ti» es una profecía cumplida en Cristo quien no sólo habló las palabras de Dios, sino que es la misma palabra sustancial y eterna de Dios. La palabra de Dios se hizo carne, y se hace carne habitando en nosotros. En lugar de hablar lo que oímos como la voz de Dios en Horeb (aspiración de la ley), esa voz se establece como nuestra voz y habla a través de nosotros (como realización del evangelio). Como dijo Jesús: « Las palabras que yo les hablo, no las hablo de mí mismo sino que el Padre que mora en mí hace sus obras» (Juan 14:10).






