martes, 19 de enero de 2016

La justa medida...

La Regla de oro del Cristianismo es: "Hagan ustedes con los demás como quieren que los demás hagan con ustedes." (Lucas 6.31). Es vital que pensemos, hablemos y actuemos acerca de otros del mismo modo que esperamos que lo hagan con nosotros. El conocimiento y observación de esta regla nos es opcional, es fundamental para la vida espiritual.

Si entendiésemos realmente el profundo sentido de las palabras de Jesús, cambiaríamos por completo nuestra manera de pensar, de hablar y de obrar, se realizaría una transformación tan radical en nosotros, tan notoria, que comenzaría a transformar todas nuestras relaciones; con nosotros mismos, con nuestro prójimo, con la naturaleza y con Dios.

Lo cierto es que esa es la ley de la vida, que del mismo modo como pensemos, hablemos y obremos para con otros, así otros pensarán, hablarán y actuarán con nosotros. Tarde o temprano, todo se compensa. Por cada ocasión en que pensemos, hablemos o hagamos algo bueno o malo hacia otra persona,  recibiremos la justa compensación. 

La ley trabaja en ambos sentidos, por cada acto, palabra o pensamiento malo obtendremos, en la misma forma, en algún momento u otro, un equivalente. Así también sucede por cada buen acto que hacemos, por cada palabra amable que pronunciamos.

"Con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les dará a ustedes." Mateo 7.1-2

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