martes, 16 de mayo de 2017

Todo tiene su tiempo

Nos ha tocado vivir en una época de cambios impresionantes y acelerados. Rodeados, como estamos, de comunicaciones instantáneas, teléfonos inteligentes y transportes veloces, nos parece que todo debe suceder ya, y que la espera es una pérdida. ¿Es que las cosas deben ser así? Un antiguo y sabio proverbio dice: «Para vivir contento, no vayas ni muy rápido ni muy lento. Cada cosa tiene su tiempo.»

"En este mundo todo tiene su hora; hay un momento para todo cuanto ocurre." Eclesiastés 3.1

Cierta vez, una niña criada en la ciudad estaba, por primera vez, acampando junto con la familia en un bosque. Su padre le mostró una tórtola sentándose sobre su nidada de huevos y le dijo que un día un pequeño pichón nacería de cada huevo. La niña estaba maravillada con la idea de ver nacer a los polluelos y cada mañana, saliendo veloz de su tienda, corría hacia el nido con la esperanza de presenciar el milagro.


Los días en el campo pasaban y en el nido nada sucedía. Los huevos se veían tal cual como el primer día. No había ningún cambio en las apariencias y, poco a poco, la fe de la niña se fue desvaneciendo. Finalmente, con gran decepción, llegó a pensar que su padre la había engañado, y que de aquellos huevos no nacería nada. 

El último día de campamento, tal vez sólo por la costumbre, salió de su tienda y corrió hacia el nido, pero sin esperar nada, solamente pensando que era tiempo perdido. Sin embargo, al llegar, quedó encantada ante el espectáculo de los pequeños polluelos rompiendo el cascarón; ni antes, ni después, sino en su justo tiempo.

"Así que no debemos cansarnos de hacer el bien; porque si no nos desanimamos, a su debido tiempo cosecharemos." Gálatas 6.9

Durante todo ese tiempo que la niña observó, aunque a simple vista no lo pareciera, dentro de cada huevo se produjeron cambios maravillosos, cuyos resultados solamente fueron percibidos al final. Casi todo en nuestra vida sucede de ese modo. Si queremos ver un desarrollo real y manifestar plenitud de vida, debemos dejar que dentro del cascarón la vida se desarrolle a su ritmo. Esa es el ritmo de la creación, ese es el tiempo de Dios.

"Jesús dijo también: Con el reino de Dios sucede como con el hombre que siembra semilla en la tierra: que lo mismo da que esté dormido o despierto, que sea de noche o de día, la semilla nace y crece, sin que él sepa cómo. Y es que la tierra produce por sí misma: primero el tallo, luego la espiga y más tarde los granos que llenan la espiga." Marcos 4.26-28

1 comentario:

  1. Si, todo a su tiempo lo sabemos,pero que difícil es leer el tiempo...

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