viernes, 30 de marzo de 2018

Señor, tú me llamaste

Señor, tú me llamaste
para ser instrumento de tu gracia, 
para anunciar la buena nueva, 
para sanar las almas. 

Instrumento de paz y de justicia, 
pregonero de todas tus palabras, 
agua para calmar la sed hiriente, 
mano que bendice y que ama. 

Señor, tú me llamaste 
para curar los corazones heridos, 
para gritar, en medio de las plazas, 
que el Amor está vivo, 
para sacar del sueño a los que duermen 
y liberar al cautivo. 
Soy cera blanda entre tus dedos, 
haz lo que quieras conmigo. 

Señor, tú me llamaste 
para salvar al mundo ya cansado, 
para amar a los hombres 
que tú, Padre, me diste como hermanos. 
Señor, me quieres para abolir las guerras, 
y aliviar la miseria y el pecado; 
hacer temblar las piedras 
y ahuyentar a los lobos del rebaño. 

Amén.

Himno de Laudes del Jueves de la II semana del Salterio - Ed. San Pablo

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