viernes, 19 de julio de 2019

Lo que vale la pena

"Me puse a considerar todo lo que yo había hecho con mis manos, y el trabajo que me costó realizarlo, ¡y resultó que todo era vanidad y aflicción de espíritu! ¡Nada es provechoso bajo el sol!" Eclesiastés 2.11

Salomón fue un hombre inmensamente bendecido por Dios, nadie pone eso en duda: era rey, sabio, rico y poderoso. No obstante, al hacer un recuento de su vida, él mismo tuvo que reconocer que las cosas normalmente consideradas valiosas no eran más que pura vanidad. Peor aún, frecuentemente el conocimiento, las riquezas y el poder son un aliciente para el pecado.

El conocimiento es útil, el trabajo es necesario, y el impulso de mejorar puede ser un gran estímulo para el progreso. No obstante, pueden ser también muy peligrosos y dañinos si toman el lugar que corresponde a Dios. Lo realmente valioso es aquello que da fruto para vida eterna.


La sabiduría del mundo es vana, la vida en la tierra es fugaz, las riquezas son efímeras. Fijemos nuestra vista en Cristo y en la eternidad, y gozaremos la vida plena que Dios nos promete. "Todo este discurso termina en lo siguiente: Teme a Dios, y cumple sus mandamientos. Eso es el todo del hombre." Eclesiastés 12.13

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