viernes, 4 de octubre de 2019

Sabiduría divina

"La sabiduría no se compra con oro, ni su precio puede pagarse con plata. No se compra con oro de Ofir, ni con el precioso ónice, ni con el zafiro. Ni los diamantes ni el oro se le comparan, ni se da a cambio de finas alhajas de oro. No se le comparan el coral y las perlas; La sabiduría es más valiosa que las piedras preciosas. Ni el topacio de Etiopía, ni el oro más fino, son de tanto valor como ella." Job 28.15-19

Los avances científicos y los logros tecnológicos nos han llevado a pensar, como en tantas otras épocas de la historia, que falta poco para dominar por completo nuestro medio y conseguir la solución de todos nuestros problemas. Sin negar los beneficios materiales que el progreso del conocimiento nos concede, sería muy inocente querer negar las obvias contrariedades que produce. El conocimiento por sí mismo no es sabiduría; la sabiduría tienen que ver con aplicar el conocimiento para vivir en forma plena y benéfica. Y es patente que los seres humanos no hemos podido lograr eso por nosotros mismos.


"Yo, la sabiduría, valgo más que las piedras preciosas! ¡Ni lo más deseable puede compararse conmigo!" Proverbios 8.11

La sabiduría puede venir únicamente de Dios, y ciertamente ha venido plenamente en la persona de Jesucristo. En Cristo vemos, aprendemos y somos invitados a seguir la guía de la sabiduría divina. Cristo ha venido, y viene otra vez, a regir el mundo con la fuerza de su justicia y a salvarnos plenamente con la suavidad de su gracia.

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