viernes, 21 de febrero de 2020

Todoamoroso

"Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor." 1 Juan 4.7-8

Podríamos especular infinitamente sobre la naturaleza, atributos y carácter de Dios. De hecho, muchos lo han hecho, lo hacen, y lo hacemos, desde que el mundo es mundo. Sin embargo, cualquier especulación es sólo eso, palabras huecas que intentan expresar lo inexpresable. Toda la especulación filosófica y teológica en torno a Dios lo ha definido como trascendente, todopoderoso, todopresente y todosapiente... Un Dios lejano y frío.

Si bien no podemos negar la omnipotencia, la omnipresencia y la omnisciencia de Dios, ni podríamos hacerlo, Él mismo revela su naturaleza, voluntad y carácter como todo amor. Dios es amor. Su poder es el poder del amor. Su presencia es puro amor. Su sabiduría es el amor. Y el amor no puede jamás ser lejano ni frío. El amor no espera, corre a abrazar a quien ama.


"En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados." 1 Juan 4.10

El amor es paciente, amable y generoso, y es con paciencia, amabilidad y generosidad que Dios nos trata cada día. El amor es humilde, cortés, y abnegado, así el Señor nos llama y viene a buscarnos; con humildad, cortesía y desprendimiento. El amor es bondadoso, veraz y sincero, por eso el buen Padre muestra buen temperamento, honestidad y candidez con nosotros; sus hijas e hijos bienamados. ¡Dios es Todoamoroso!

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