viernes, 2 de septiembre de 2022

Realidad

"Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y observan lo que en ella está escrito, porque el tiempo está cerca." Apocalipsis 1.3

Una hermosa jovencita de quince años se enfermó repentinamente, quedando casi ciega y paralizada. Un día escuchó al médico de cabecera, mientras le decía a sus padres: -Pobre niña; por cierto que ha vivido ya sus mejores días.
-No, doctor –exclamó la enferma-, mis mejores días están todavía en el futuro. Son aquellos en los cuales he de contemplar al Rey en su hermosura.

Un defecto, sólo por no decir pecado, que tenemos la mayoría de los cristianos es considerar las verdades de las Escrituras como historias moralizantes o palabras de aliento para enfrentar la vida; cuentos de hadas para calmar el corazón y la conciencia, pero imprácticos para la vida diaria. Puede sonar chocante, pero la manera en que vivimos lo hace muy evidente.



El último libro de la Biblia, mediante símbolos e imágenes, nos anima a ver la realidad con otros ojos: ¡Cristo es soberano! Él está en el trono, y nosotros reinamos con él; él está en medio de su iglesia, la cuida y la dirige; él debe reinar hasta que todos sus enemigos sean puestos a sus pies. Esa es la verdad, es la realidad. "Jesucristo, el testigo fiel, primogénito de entre los muertos y soberano de los reyes de la tierra. Él nos amó; con su sangre nos lavó de nuestros pecados, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre. Por eso, a él sea dada la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén", (Apocalipsis 1.5-6).

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