viernes, 23 de septiembre de 2022

Saludables

"Por eso, hermanos, procuren fortalecer su llamado y elección. Si hacen esto, jamás caerán. De esta manera se les abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo." 1 Pedro 1.10-11

Probablemente todos concordamos en que el cuidado de la salud es muy importante. En general nos ocupamos de mantener la higiene, la buena alimentación, el ejercicio físico y prevenir, dentro de lo posible, las enfermedades más comunes. La pregunta es, ¿cuidamos la salud de nuestra alma con el mismo esmero que nuestra salud física?

Programas de televisión, publicaciones de internet, libros o revistas, canciones, sirven como vehículos de doctrinas y prácticas que, a veces, resultan nocivas para nuestra salud espiritual. El apóstol Pedro nos advierte sobre la abundancia y la astucia de los falsos profetas, y nos insta a ser prudentes con lo que oímos, leemos y hacemos.



Dios ha provisto abundantemente para la buena salud de nuestras almas; el "lavamiento de regeneración" garantiza la higiene; la buena Palabra de Dios es la mejor alimentación; las buenas obras son nuestro ejercicio; y la Cena del Señor, "dado para remisión de los pecados" nos fortalece, nos consuela, y previene las dolencias del alma.

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