viernes, 6 de enero de 2023

Levántate envuelta en resplandor

"Levántate, Jerusalén, envuelta en resplandor, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor brilla sobre ti. La oscuridad cubre la tierra, la noche envuelve a las naciones, pero el Señor brillará sobre ti y sobre ti aparecerá su gloria. Las naciones vendrán hacia tu luz, los reyes vendrán hacia el resplandor de tu amanecer." Isaías 60.1-3

Hay momentos de experiencia en que, todos los que buscamos conocer a Dios, nos elevamos a estados en los que podemos entender las cosas espirituales. Este entendimiento recibido por pura gracia es lo que los escritores espirituales suelen llamar  "vuelo" y "la gloria del Señor". Cuando estamos en este estado de conciencia, debemos levantarnos y brillar; es decir, debemos darnos cuenta de que somos elevados e irradiamos la sabiduría y el poder espiritual que nos corresponde desde la creación.



El profeta exhorta a levantarse y brillar. Sin embargo, en seguida dice: "La oscuridad cubre la tierra, la noche envuelve a las naciones, pero el Señor brillará sobre ti y sobre ti aparecerá su gloria". ¿Qué significa eso? La primera iluminación llega a la mente y el corazón. El cuerpo, o "tierra" y sus pensamientos, o su "pueblo", permanecen en tinieblas hasta la segunda iluminación o bautismo, que se explica en la última mitad del versículo: "pero el Señor brillará sobre ti y sobre ti aparecerá su gloria".

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