viernes, 16 de diciembre de 2022

Pide una señal

«Pide al Señor tu Dios que haga un milagro que te sirva de señal, ya sea abajo en lo más profundo o arriba en lo más alto.» Isaías 7.11



La verdad no es un asunto de afirmaciones huecas o argumentos sagaces, se trata de demostración. El entendimiento por sí solo no cambia nada, hay que llevarlo a la práctica. Cuando ponemos a prueba la verdad que conocemos, ésta se confirma y se fortalece. Frecuentemente disfrazamos de humildad y respeto a nuestra incredulidad. El profeta exhortó al rey Ajaz a poner a prueba al Eterno, pero él respondió: «No, yo no voy a poner a prueba al Señor pidiéndole una señal».

No obstante Isaías (Yeshayáh), inspirado por el Poderoso, anuncia una señal divina que el rey y el pueblo verían cumplida en sus propios días: «La joven está encinta y va a tener un hijo, al que pondrá por nombre Emanuel. En los primeros años de vida del niño, se comerá leche cuajada y miel. Pero antes de que el niño tenga uso de razón, el país de los dos reyes que te causan miedo quedará abandonado».

Las teorías, por hermosas que sean, jamás nos harán progresar espiritualmente si no las ponemos a prueba. Lo dicho en un libro Sagrado o una lectura espiritual no nos servirá de nada hasta que hayamos empezado a poner tal verdad en práctica. La vida espiritual no consiste en cantidad de información, sino más bien en progreso y transformación. «Pide al Señor tu Dios que haga un milagro que te sirva de señal, ya sea abajo en lo más profundo o arriba en lo más alto.»

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