jueves, 30 de octubre de 2014

La dirección de la vida

En el centro mismo de nuestro ser se encuentra la infinita fuente del poder divino. Somos más, mucho más, de lo que percibimos (o nos permitimos percibir) de nosotros mismos. Al adentrarnos en las profundidades de nuestra esencia humana nos encontramos con una inagotable riqueza de poder, salud, abundancia y amor. Eso es lo que somos, eso es lo que poseemos.

Cuando nos conectamos con el poder interno y le permitimos tomar nuestras cargas, dirigirá y gobernará a todos nuestros asuntos, desde el más grande al más pequeño, sin errores. La poestad estará sobre sus hombros. 


El cansancio, la agresividad, la confusión, la enfermedad y la decepción, son el resultado de querer llevar el las riendas con nuestros propio brazo, la carga es demasiada, y nos abatimos bajo su peso.

Ahora es tiempo de ceder inmediatamente al Niño interior el gobierno de todo nuestro Ser, que es la carga de la creación de una vida o de la sanación del cuerpo, o el dejar atrás los errores. El Incansable, el Todopoderoso, el más Sabio, el más Ingenioso, lo asume con alegría y las dificultades desaparecen.

"Porque un niño nos es nacido, un hijo nos es dado, y el dominio estará sobre su hombro." Isaías 9.6

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