viernes, 10 de noviembre de 2017

Guarda silencio ante el Señor

Cesa de tu propia actividad, fijando persistentemente tu ojo sobre un solo punto, y confiándote con fuerte propósito a la gracia prometida de Dios que se da en Cristo, el cual tiene como fin sacarle de las tinieblas para hacerte entrar en su maravillosa luz. Para esto, recoge todos tus pensamientos, y dirígete con fe hacia el centro, agarrándote a la palabra de Dios, que es infalible, y que te ha llamado. Sé pues obediente a esta llamada, y mantente silencioso ante el Señor, sentado en soledad con él en tu celda mas interna y oculta, estando tu mente centralmente unida en sí misma, y aguardando su voluntad con la paciencia de la esperanza. De ese modo tu luz romperá con la mañana, y después de que haya pasado su rojez, el Sol mismo, al que aguardas, se elevará en ti, y bajo sus curativas alas te regocijarás grandemente, ascendiendo y descendiendo en sus brillantes y salutíferos destellos. Advierte que este es el verdadero fundamento suprasensible de la vida.

Jakob Boehme, "Diálogos Místicos"

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