martes, 7 de noviembre de 2017

¿Hacia dónde estamos yendo?

"Al hombre le toca hacer planes, y al Señor dirigir sus pasos." Proverbios 16.9

Se nos ha enseñado que la vida consiste en hacer planes y lograr metas. El éxito es medido por la cantidad de logros obtenidos, mayormente materiales. ¿Y cuándo los planes fallan? ¿Significa que hemos fracasado nosotros? Depende de dónde hayamos fijado nuestra meta. Parafraseando al profeta Isaías: «los pensamientos del Señor son muy diferentes a los nuestros, y los planes del Señor son incomprensibles para nuestra mente, a no ser que escuchemos su palabra» (Isaías 55.7-8)

La atención es lo que determina el rumbo en la vida. Poner la mirada en nuestros propios planes, nuestras propias metas, nuestros propios valores, nos dirigirá al fracaso, aunque aparentemente no hayamos tenido ninguno. En lo que realmente pongamos nuestra atención, allí llegaremos. Aquello en que nos concentremos, vendrá a nuestra vida. Por eso es que la Biblia nos exhorta: «Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona» (Hebreos 12.2). Nuestra fe no es nuestra decisión, es don de Dios por medio de Jesús. Nuestro camino no lo determinamos nosotros, es Jesús mismo. Nuestra perfección no depende de nosotros, sino de Jesús.

"Señor, yo sé que el hombre no es dueño de su vida, que no tiene dominio sobre su destino." Jeremías 10.23

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