viernes, 30 de noviembre de 2018

Único y suficiente

Para muchos Jesús es una figura influyente e inspiradora; también son muchos los que proclaman que Jesús es el Salvador. Sin embargo, es demasiado frecuente, en la mente popular, acrecentar algo a la persona de Jesucristo para alcanzar salvación. Puede ser Cristo y la pertenencia a cierta Iglesia particular; Cristo y las enseñanzas de algún profeta o maestro. La Biblia, por el contrario, es enfática afirmando que Jesús es el único Salvador.

"¡En ningún otro hay salvación! Dios no ha dado ningún otro nombre bajo el cielo, mediante el cual podamos ser salvos." Hechos de los Apóstoles 4.12

Hay muchos que confiesan y proclaman que Jesús es el único Salvador. No obstante, consideran que deben aportar algo a de su parte para alcanzar salvación. Puede ser la participación en ciertos ritos; la realización de sacrificios; la ejecución de buenas obras. La Biblia, por el contrario, es muy clara al afirmar que Jesús es un Salvador suficiente.

"Por eso puede salvar —una vez y para siempre— a los que vienen a Dios por medio de él, quien vive para siempre, a fin de interceder con Dios a favor de ellos. Él es la clase de sumo sacerdote que necesitamos, porque es santo y no tiene culpa ni mancha de pecado. Él ha sido apartado de los pecadores y se le ha dado el lugar de más alto honor en el cielo. A diferencia de los demás sumos sacerdotes, no tiene necesidad de ofrecer sacrificios cada día. Ellos los ofrecían primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo. Sin embargo, Jesús lo hizo una vez y para siempre cuando se ofreció a sí mismo como sacrificio por los pecados del pueblo." Hebreos 7.25-27

En el mundo hay mil quinientos millones de personas que se llaman a sí mismas cristianas. De esa cantidad, más de dos tercios no creen realmente que Jesucristo sea el único Salvador. Y del tercio restante, al menos formalmente, la mitad no cree realmente que Jesucristo sea suficiente Salvador. Con todo, no basta con saber y creer que Cristo es el Salvador único y suficiente; es necesario confiar nuestra salvación en sus manos, aferrarnos a su obra consumada. Así Cristo será nuestro Salvador personal.

"El Espíritu y la esposa dicen: «Ven». Que todos los que oyen esto, digan: «Ven». Todos los que tengan sed, vengan. Todo aquel que quiera, beba gratuitamente del agua de la vida." Apocalipsis 22.17

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