viernes, 9 de agosto de 2019

Buen rumbo

"En aquellos tiempos no había rey en Israel, y cada quien hacía lo que le parecía mejor." Jueces 17.6

Cuando era adolescente, como casi todos, pensaba que cualquier opinión que no fuese la mía estaba equivocada. Padres, maestros, pastores, autoridades, todos estaban irremediablemente equivocados. Mi verdad era la verdad por el simple hecho de ser mía... Cuando era adolescente, me di muchas veces la cabeza contra la pared por negarme a escuchar razones de quienes sabían más que yo.

Al crecer, la mayoría de las personas, también yo, aprendemos a maquillar esa actitud rebelde de la adolescencia, pero no la abandonamos. Seguimos pensando que nuestra manera de ver y hacer las cosas es la manera correcta y todos los demás están equivocados... Incluso Dios; ¡sobre todo Dios! Así como los antiguos israelitas de la época de los jueces, queremos seguir siendo llamados cristianos, pero cada quien hace lo que le parece mejor.


Dios, que nos ama infinitamente, nos dio a su Hijo Jesucristo, no solamente para perdonar nuestros pecados, sino para transformarnos a su imagen. "Al ver las multitudes, Jesús tuvo compasión de ellas porque estaban desamparadas y dispersas, como ovejas que no tienen pastor" (Mateo 9.36). Jesús es nuestro Salvador, y también nuestro Maestro y Pastor. No necesitamos preguntarnos por el camino correcto, mucho menos imponerlo nosotros mismos, porque Jesús es el camino, el rumbo y el destino.

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