viernes, 20 de febrero de 2015

El decreto

Jesús, el Maestro por excelencia, dijo dos cosas que nunca han sido tomadas en serio, ni siquiera por quienes profesan enfáticamente ser sus seguidores: La primera fue: “Por tus palabras serás condenado (a vivir de acuerdo con el pensamiento y sentimiento negativo); y, por tus palabras serás justificado” (viviendo en la plenitud que es fruto del pensar y sentir positivo). Como usted habrá percibido, el Maestro enseñaba de forma práctica, solo que la mayor parte de las personas no estaba, y aún no está, lo suficientemente madura para entenderlo. En varias ocasiones lo advirtió diciendo que tenía aún muchas otras cosas que decir, pero que no podían ser comprendidas. En otras ocasiones dijo que aquel que tuviera oídos para oír, oyera.

La segunda referencia al poder de las palabras fue: “No es lo que entra por la boca lo que contamina a la persona, sino lo que sale de su boca; porque lo que sale de la boca procede del corazón.” Es una enseñanza muy clara. Ahora recuerde, y no lo olvide nunca: CADA PALABRA QUE PRONUNCIAMOS, SEA VOCAL O MENTALMENTE, ES UN DECRETO POSITIVO O NEGATIVO. Si la palabra es positiva se manifestará en bien. Si, por el contrario, es negativa se manifestará en mal. Lo mismo acontece sea que el decreto sea personal o para con el prójimo. Hay una ley inmutable que dice: “sembramos lo que cosechamos”.


Dado que el sentimiento que acompaña a un pensamiento o concepto es lo que lo determina su influencia sobre la mente subconsciente, el Maestro Jesús, que jamás empleó vanas teorías ni palabras superfluas, lo expresó muy acertadamente al decir: “lo que sale de la boca, procede del corazón”.

"Un buen árbol produce buenos frutos, y un mal árbol produce malos frutos. Para saber si un árbol es bueno o malo, sólo hay que fijarse en sus frutos. Lo mismo sucede con las personas: para saber si son buenas o malas, sólo hay que fijarse en las cosas que hacen. Lo que ustedes enseñan es tan malo como el veneno de una serpiente. ¡Claro! ¿Cómo van a decir cosas buenas, si ustedes son malos? Porque si alguien es bueno, siempre dice cosas buenas, y si es malo, siempre dice cosas malas. Les aseguro que en el día del juicio final todos tendrán que explicar por qué hablaron para hacerles daño a los demás. Dios juzgará a cada uno de acuerdo con sus palabras: si dijeron cosas buenas se salvarán, pero si dijeron cosas malas serán castigados." Mateo 12.33-37

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