Sin un poco de modestia pretendemos
ser lo que no somos y resplandecer.
Sin embargo sabemos. ¡Oh, sí!
Sabemos que nuestra justicia es nada.
Ninguno es premiado por someterse
a preceptos, sino por pura bondad amorosa.
La eternal misericordia nos reconoce
hijos amados en el Hijo amado.
Y nuestra justicia es creer, no cumplir.
Porque libres fuimos hechos por la justicia
del amor y no la que viene de la ley.
No hay comentarios:
Publicar un comentario