"Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas." Marcos 12.30
Un maestro de la Ley, impresionado por la sencillez y consistencia de la enseñanza de Jesús, le preguntó: "¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?" La respuesta de Jesús fue simple y directa, "el primero y más importante mandamiento es amar a Dios."
Gran parte de la humanidad, si fuese consultada sobre el particular, aseguraría que ama a Dios. Que cree en Dios. Que obedece a Dios. Sin embargo, vivimos en un mundo que frontalmente contraría los valores divinos del amor, de la paz, de la compasión y del perdón.
El mandamiento es claro, debemos amar al Señor nuestro Dios con todo el corazón, alma, mente y fuerza. Eso significa que amar a Dios no es imponer nuestras propias opiniones, valores y costumbres como divinamente establecidas, sino humildemente aceptar que sea Dios quien guíe nuestra vida. Este es el primero y más grande mandamiento, porque todos los demás se incluyen en éste.
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