No soy propietario de mí mismo.
Porque no me es posible vivir
si, alocado, corro veloz a morir.
Pero si el Espíritu me guía
mi falsedad se hará nada, y viviré.
Pues esa el la voluntad del Amor.
El Amor me ha formado
para una vida plena y fructífera,
siguiendo al primogénito en la senda
trazada desde toda la eternidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario