viernes, 15 de julio de 2016

Un mismo ánimo

El deseo de ser lo que no soy
me hace diferente de mi hermano.
La paz no puede habitar
en la ilusión de la lejanía.

Nuestra tarea es vivir la unidad, 
dada a todos como regalo divino, 
el vínculo del Espíritu Santo.


Hermanas y hermanos, nuestro nombre
es el mismo desde la Creación. 
La separación es la mentira que nos 
decimos a diario, para huir del amor. 

En la verdad de nuestro ser tenemos
un mismo ánimo, armonía, y concordia
sin distancia en la luz del corazón.

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