Agua estancada tiende a pudrirse.
Es nuestro llamado, el mío, avanzar
a la perfección; afirmados en la verdad
y en la bondad del Libertador.
La fe en Dios me despoja de lo viejo.
Renacido del agua me renuevo,
y la amorosa mano del Padre me guía
a la vida que es vida verdadera.
El juicio eterno es real en cada paso.
Junto con mis hermanas y hermanos,
progresaremos si Dios lo permite.
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