miércoles, 6 de septiembre de 2017

A vivir se aprende viviendo

"No debemos cansarnos de hacer el bien; porque si no nos desanimamos, a su debido tiempo cosecharemos." Gálatas 6.9

Los cristianos muchas veces nos desanimamos, y dudamos, al darnos cuenta qué lejos estamos de la perfección. Pensamos, de manera más o menos explícita, que por el hecho de ser creyentes deberíamos estar libres de fallas. Una linda canción que solemos cantar en familia dice: «Cada día que comienza es una oportunidad de abrir nuevos caminos de jugar un poco más»... Esta canción describe muy bien la experiencia de vivir. El propósito de nuestra vida cristiana es básicamente ese: aprender, dejarnos guiar por Dios, y disfrutar de su gracia infinita.


Ninguno de nosotros exigiría grandes resultados matemáticos a un niño que recién empieza con los rudimentos de la aritmética; ni esperaría un trabajo magistral de un aprendiz. A los pies de Jesucristo todos somos estudiantes, aprendices, tan sólo discípulos. Nuestras experiencias frecuentemente están llenas de contradicciones, malos entendidos, y perplejidades. Esto no es para desanimarse, es tan sólo lo que se espera de alguien que está aprendiendo. La vida de cada uno de nosotros es única. Cada uno de nuestros días es una aventura, un descubrimiento, un aprendizaje siguiendo al Maestro, y es el objetivo final el que importa.

"Por eso no nos desanimamos. Pues aunque por fuera nos vamos deteriorando, por dentro nos renovamos día a día." 2 Corintios 4.16

No hay comentarios:

Publicar un comentario