viernes, 22 de septiembre de 2017

La fórmula

"La experiencia me ha enseñado que los que siembran crimen y maldad cosechan lo que antes sembraron." Job 4.8

Es un principio fundamental de la vida espiritual: "cosechamos lo que sembramos". Cuando un químico industrial desea fabricar cierto tipo de material, sabe que cualquier cosa que ponga en una determinada mezcla aparecerá en el producto final y que, por el contrario, a menos que una sustancia específica sea incluida en la mezcla, no aparecerá en el producto finalizado.

"El Señor dice: «Mis ojos están puestos en ti. Yo te daré instrucciones, te daré consejos, te enseñaré el camino que debes seguir." Salmos 32.8

Todo lo que llene nuestra mente y nuestro corazón, los pensamientos, sentimientos y creencias, llega a formar parte de la mezcla básica que determina nuestra experiencia de vida. Si los elementos que mezclamos en la fórmula no son equilibrados pueden llegar a ser peligrosos. La práctica de la presencia de Dios nos proporciona el espacio vacío, el crisol, en el cual el propio Espíritu pone los elementos correctos para darnos la plenitud de vida.


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