viernes, 23 de febrero de 2018

¡El Señor todopoderoso está con nosotros!

"Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; nuestra ayuda en momentos de angustia. Por eso no tendremos miedo, aunque se deshaga la tierra, aunque se hundan los montes en el fondo del mar, aunque ruja el mar y se agiten sus olas, aunque tiemblen los montes a causa de su furia." Salmos 46.1-3

El Salmo 46 es una de las oraciones más bellas, profundas y luminosas que encontramos en la Biblia. Desde su primera línea es una expresión de firme confianza en Dios, sin importar las circunstancias. Esa es la esencia de la fe, no un sentimiento vago o una especulación mental, sino una confianza viva y práctica en Dios, en su Amor y en su infinita Bondad. Así como el Salmo inicia con una afirmación de fe, concluye con una confesión impresionante.

"¡Ríndanse! ¡Reconozcan que yo soy Dios! ¡Yo estoy por encima de las naciones! ¡Yo estoy por encima de toda la tierra! ¡El Señor todopoderoso está con nosotros!" En éstas pocas palabras se resume todo el espíritu de las Escrituras. Permanezcan quietos y sepan, sin lugar a dudas, que Yo soy Dios. Aunque parezca algo sencillo no lo es, nuestro ego siempre quiere ser el protagonista. Por naturaleza nos inclinamos a buscar nuestros propios fines, para no llamarlos caprichos, y nos parece más sensato dejarnos llevar por los afanes que rendirnos y contemplar a Dios, el único verdadero fin de nuestra vida. Incluso en la oración hay un tiempo de soltar las riendas y abandonarnos en la amorosa Presencia divina. "¡Entréguense! ¡Reconozcan que yo soy Dios!".

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