viernes, 15 de mayo de 2020

Si alguno ama a Dios

"Ustedes los montes, y ustedes, los sólidos cimientos de la tierra, escuchen la querella del Señor. Porque el Señor tiene una querella contra su pueblo, y va a altercar contra Israel." Miqueas 6.2

"No todo lo que brilla es oro". A menudo lo que parece excelente, bueno y brillante, carece por completo de valor, y llega a ser perjudicial. La religiosidad desprovista de misericordia, de generosidad y de compasión, Dios la desprecia.

El amoroso Padre no se impresiona con rituales, cultos ni palabras rimbombantes. Su deseo es que expresemos en medio de nuestros hermanos y hermanas, especialmente los que consideramos menos dignos, el mismo amor, perdón y aceptación que Él nos mostró a nosotros. "El Señor te ha dado a conocer lo que es bueno, y lo que él espera de ti, y que no es otra cosa que hacer justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios" (Miqueas 6.8).


Afirmar que amamos a Dios pero despreciar a nuestros semejantes no es es sólo hipocresía, es afrontar al Señor. "Si alguno dice: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios, a quien no ha visto?" (1 Juan 4.20) Demos oído a la Palabra del Señor, y que su Espíritu nos transforme para expresar su puro amor en el mundo.

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