viernes, 29 de mayo de 2020

El poder del Evangelio

"No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para la salvación de todo aquel que cree: en primer lugar, para los judíos, y también para los que no lo son. Porque en el evangelio se revela la justicia de Dios, que de principio a fin es por medio de la fe, tal como está escrito: «El justo por la fe vivirá.»" Romanos 1.16-17

Había una hermosa niña que vendía florecillas en la calle. Esta niña tenía que llevar todas las noches a su pobre y miserable choza las florecillas que le sobraban. A fuerza de hacer esto, llegó a decir que odiaba el perfume de esas flores por haberse acostumbrado a él, "¡Qué extraño!", exclamó alguien. Sin embargo, eso mismo es lo que dicen algunos de los que oyen el evangelio. Es posible que la rutina y la saciedad puedan llegar a hacernos despreciar el aroma agradable del evangelio de nuestra salvación.


Fuimos creados hermosos, a imagen y semejanza de Dios, pero el pecado nos ha dejado andrajosos, pobres y malolientes, aunque al mundo podamos parecer bellos, educados e importantes. No obstante, Dios nos ama infinitamente, y ha dado a su Hijo unigénito para nuestra salvación, paz y alegría. No está en nuestras manos que que las flores den su perfume, ellas lo exhalan por naturaleza; así es con la justicia de Dios, no debemos merecerla ni obtenerla: "de principio a fin es por medio de la fe".

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